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El chocolate ha dinamizado históricamente la vida y la economía de la Maragatería.
La Maragatería añora su oro negro
Dia Internacional del Chocolate

La Maragatería añora su oro negro

De los dos centenares de maestros chocolateros que vivían (y bien) del dulce elemento a principios del siglo XX se ha pasado a contar a estos artesanos con los dedos de las manos

Nacho Barrio

León

Viernes, 13 de septiembre 2019, 11:05

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La razón para que este viernes el mundo entero celebre el Día Internacional del Chocolate es, cuanto menos, curiosa.

Tal día como hoy, pero hace 103 años, el distrito de Llandaf (Cardiff) contemplaba el nacimiento del genial Roald Dahl. El escritor infantil, padre de grandes obras de siempre como 'Las Brujas', 'La Maravillosa Medicina de Jorge' o 'Matilda', entre otras, daba vida a Charlie en la Fábrica de Chocolate en una aventura que valió a muchos pequeños el empacho imaginario no solo por el dulce elemento, sino por las aventuras que de la mano de sus personajes Roald Dahl invitaba a vivir.

Desde entonces, cada 13 de septiembre aquella genial obra pone color, sabor, olor y nombre a un día a priori anodino que cobra toda la fuerza, especialmente en una comarca leonesa.

Como en el caso del nacimiento de Roald Dahl, toca remontarse un siglo para contar esta historia. Más de cien años pasan ya de aquellos días en los que la Maragatería vivía el 'boom' chocolatero leonés previo al ocaso.

En aquellos tiempos la Maragatería bullía en un oro negro que seducía a una comarca marcada por la vida clerical.

Su origen se remonta al siglo XVI, cuando el entonces Marqués de Astorga contactó con Hernán Cortés, una vez conquistado México, para concertar un matrimonio entre sus hijos que nunca llegó a celebrarse.

Botes de chocolate de antaño.
Botes de chocolate de antaño.

El matiz de la vida clerical de Astorga no es casual. Eran ellos, sacerdotes y religiosos, los que enloquecían por el dulce elemento preparado a la taza, una forma de servirlo puramente local.

En aquellos días en los que Astorga se bañaba en chocolate, el bisabuelo de Patricia Fernández decidió salir del epicentro negro para aterrizar en Castrocontrigo, donde la chocolatería en la que ahora es jefa de Calidad e I+D+I sigue manteniendo la dulce estela. Hizo falta una boda en Argentina para que el abuelo natural de San Justo de la Vega diese rienda suelta a la magia de Santocildes.

Un pasado de gloria

Mucho ha cambiado el panorama desde entonces. En aquella época, más de dos centenares de maestros chocolateros vivían (y muy bien, por cierto) de la producción del elemento venido de América.

La clave estaba, como una de las marcas de este producto, en los arrieros maragatos. Ellos introducían hacia el centro de la península el preciado manjar entre sus mercancías, dejando gran parte de la materia prima en su tierra.

Con el éxodo rural, la caída de la industria chocolatera fue de la mano. Los cantos de trabajo y éxito de los emigrados a Bilbao, Cataluña o Madrid animaban a los rezagados a hacer las maletas, y el chocolate fue pasando por menos manos que antaño.

«Los hijos, cuando morían los padres, vendían las fábricas de chocolate porque ellos ya se dedicaban a otras cuestiones», explica Patricia Fernández, de Chocolates Santocildes. Esta casa es una de las pocas que sigue haciendo el producto de manera artesanal, dando salida cada año a cerca de 400.000 tabletas anuales y donde la cuarta y la quinta generación trabajan mano a mano.

El negocio no solo fue cayendo, sino que se diversificó. Muchos fueron los que apostaron por añadir a su cartera de productos otros dulces, como los mantecados típicos de Astorga.

Apostar por el futuro

El futuro de los chocolateros «tiene que pasar ineludiblemente por León», como defiende la heredera de Santocildes. La quinta generación de chocolateros apunta al gran papel que juega el Museo del Chocolate como promotor de la dulce tradición.

Para Fernández, la clave está «en el marketing y la difusión» que se haga del talento chocolatero maragato. Una oportunidad para dar rienda suelta a esto está cerca. Del 20 al 22 de septiembre tiene lugar ChocoMad 2019, el salón en el que el oro negro es protagonista y donde Astorga estará presente de la mano de su Museo y de Santocildes entre otros.

Un siglo contempla el nacimiento de Roald Dahl y del 'boom' chocolatero maragato. Dos hechos que marcan la vida de esta fuente de riqueza que un dia tiñó de negro (para bien) las calles de la Maragatería.

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