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Imagen de la campana a las puertas del consistorio de Gusendos de los Oteros.
La campana vuelve a casa

La campana vuelve a casa

La campana de Quintanilla de los Oteros aparece en la puerta del Ayuntamiento de Gusendos de los Oteros, tras semanas de denunciar su robo | Los vecinos y el alcalde se preguntan cómo pudieron dejarla en el consistorio sin que nadie les viera

inés Santos

Jueves, 26 de enero 2017, 13:03

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El robo de una campana en Quintanilla de los Oteros acaba con su devolución a las puertas del Ayuntamiento de la localidad cercana de Gusendos de los Oteros, a unos ocho kilómetros de su 'hogar'. Hacía ya varias semanas desde la desaparición de la campana de la localidad leonesa al sur de la provincia, cuando los vecinos ya la daban por perdida. «Desde un primer momento pensamos en un robo para venderla, no es la primera vez que fuerzan iglesias para robar», explica Julio César Fernández, alcalde de Pajares de los Oteros, municipio al que pertenece la pedanía de Quintanilla.

A pesar de que aparentemente la campana no tiene un valor económico elevado, «es de 1954 más o menos, no creo que valga mucho», comentaba el alcalde, en ningún momento pensaron en una gamberrada. Pero el desenlace que ha tenido esta historia bien parece de una película de humor.

El pasado martes sobre las 19.00 horas el alcalde de Gusendos de los Oteros, Juan Carlos Melón, llamaba a la Guardia Civil. «Cuando me avisaron los vecinos llamé al párroco del pueblo y no sabía nada», al no reconocer el regalo que había aparecido en las puertas del Ayuntamiento de la localidad del sur de la provincia, decidieron llamar a la Guardia Civil. «Fue en ese momento cuando me dijeron que había una denuncia de Quintanilla, porque había desaparecido la campana y supusimos que sería la suya», explica Juan Carlos Melón.

Nadie vio nada

Lo más raro de esta historia es que nadie vio nada. En dos localidades pequeñas, en las que todo el mundo se conoce, «no sabemos cómo han podido dejarla ahí sin que nadie lo hay visto», se pregunta el alcalde de Gusendos de los Oteros. Por su parte, Julio César asegura que en Quintanilla algunos cazadores vieron una furgoneta por la zona, pero a nadie le extraño y no pensaron en la posibilidad de que estuviesen robando la campaña.

También se preguntan en el pueblo cómo transportarían la campana, «un concejal y yo intentamos moverla, pero es muy pesada», cuenta tras explicar que tuvieron que cogerla con la pala de un tractor. «Para tres personas pesa, pero dos es casi imposible», comenta el alcalde que aún sigue sin explicarse cómo pudieron sacarla. «La Guardia Civil nos dijo que en Quintanilla la tenían en un local y la sacaron por la ventana, no sé cómo lo harían ni entre cuantos».

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