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Una imagen de la concentración frente al Ayuntamiento de Pamplona. Efe

«Hermana, yo sí te creo»

Miles de ciudadanos llenan plazas y calles para protestar por la sentencia y mostrar su solidaridad con la joven madrileña

D. Chiappe y Daniel Roldán

Madrid

Jueves, 26 de abril 2018

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Gritos, pancartas y muchas lagrimas de impotencia llenaron calles y plazas de toda España, en manifestaciones llenas de mujeres, hombres y niños para mostrar su solidaridad a la joven madrileña víctima de 'la Manada' y la indignación que sienten por una condena tan leve. Los lugares más emblemáticos de ciudados y pueblos se llenaron de miles de ciudadanos. En Madrid, el lugar escogido fue el Ministerio de Justicia. La manifestación estaba convocada para las ocho de la tarde pero media hora antes ya había un centenar de personas, mujeres y hombres, en la calle San Bernardo. «Tranquila, hermana, aquí está tu manada», corean al compás del 3x3, acompañado de palmas. En la cercana calle del Pez, dos jóvenes escriben una pancarta. 'Os da más reparo sentenciar una violación que cometerla', escribe una con rotulador sobre cartulina púrpura. «Estoy llena de rabia e impotencia», explica Esther, de 19 años, estudiante de Psicología en la Universidad Autónoma de Madrid.

«Que no, que no, que no tenemos miedo», grita la multitud, que empieza a ocupar la calle a lo largo. «Madrid será la tumba del machismo», sigue el coro. Daniel, vecino de Malasaña de 46 años, avanza hacia la gente con las manos ocupadas. En cada una, una hija. De nueve y siete años. Ellas se suben en un bolardo, para ver mejor. La mayor dice saber de qué va todo esto. «Sí tocan a una, nos tocan a todas», ruge la gente. El padre les explica qué quiere decir. Ellos ya estuvieron en la manifestación feminista de hace unas semanas. «En el ambiente de los jóvenes no hay cambios, sigue siendo una sociedad supermachista», dice Daniel. «Lo veo en los padres del colegio todos los días». A media calle, la gente, de todas las edades mira a las ventanas cerradas del ministerio. Una chica repite lo que cree es la consigna del momento: «Maldición para el violador». Y quien está a su lado la corrige: «Más prisión». De inmediato se queda con la copla correcta.

Concentraciones en Barcelona, Almería y Valencia. Agencias
Imagen principal - Concentraciones en Barcelona, Almería y Valencia.
Imagen secundaria 1 - Concentraciones en Barcelona, Almería y Valencia.
Imagen secundaria 2 - Concentraciones en Barcelona, Almería y Valencia.

Hay lágrimas. Más mujeres que hombres. «No puedo ponerme en su piel, no soy capaz», habla una con otra. Empiezan los coros, que unifican a la masa. «No es abuso, es violación». Se agitan las pancartas. Todas caseras, hechas a mano. Seis banderines parecidos juntos de pobre confección. Algo en común: el morado del fondo y cierta rabia en lo que pone. «No es no» ya no necesita los signos de exclamación para leerse como un grito.

Rabia e impotencia que invadieron los cuatro costados del país. En casi todas las capitales de provincias, miles de personas salieron a la calle para mostrar su enfado por una sentencia que consideran injusta. «No es abuso, es violación», se corea desde Cartagena hasta San Sebastián. «Cinco hombres contra una mujer es una violación reiterada, es una violencia de primer nivel y es algo por lo que ninguna mujer nunca debería pasar», expresa la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que participa en la concentración en la plaza de Sant Jaume. 'Hoy la Manada viste toga', dice una pancarta en Granada, donde cientos de personas corean «Te violan en manada y la justicia no hace nada» o «nueve años no son suficientes» frente a la sede del Tribunal de Justicia de Andalucía. «Yo sí te creo», se grita en Asturias en apoyo a la «hermana» que fue «violada» en Pamplona.

En Valladolid, unas 2.000 personas mostraron su solidaridad con la joven madrileña. 'La Manada Somos Nosotras' rezaba la pancarta de la concentración en la céntrica plaza de Portugalete.

A los políticos no les gusta la sentencia

Por una vez parecen coincidir los partidos políticos, con matices eso sí, en la apreciación de un hecho, la sentencia judicial que vino de Pamplona. Al PP le pilló en pleno debate de los Presupuestos, y Mariano Rajoy se mantuvo apegado al hashtag #PGE2018. En cambio, Pedro Sánchez sí habló: «Ella dijo NO. Te creímos y te seguimos creyendo. Si lo que hizo #LaManada no fue violencia en grupo contra una mujer indefensa, ¿qué entendemos entonces por violación?».

También se solidarizó Albert Rivera: «Todo mi apoyo a la víctima y a su familia», y añadió el matiz que los líderes de la izquierda, excepto Susana Díaz, no mencionaron: el respeto y acatamiento a las instituciones judiciales. «Como cargo público siempre respetaré y acataré las sentencias judiciales, aunque no me gusten. Pero reconozco que como ciudadano y como padre me cuesta asumir la sentencia de #LaManada», escribió Rivera. Lo mismo que Javier Maroto: «(...) debo acatar cualquier resolución dictada por un juez. Pero como ciudadano (...) siento un profundo rechazo».

Pablo Iglesias se preguntó «¿Cómo que no hubo intimidación? Parece que se estuviera diciendo a las víctimas que si no te enfrentas a 5 matones que te doblan en tamaño, arriesgando la vida, no te están violando. Vergüenza y asco» e Irene Montero hace una minicrónica: «Cinco agresores meten a una mujer en el portal y la violan. Es evidente que hay intimidación. Que actuaban en manada. Que hay agresión. Esta sentencia debería ser de violación. Mientras la justicia no nos proteja nos cuidaremos entre nosotras».

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