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De izquierda a derecha, Eva Bech, presidenta de laFederación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos, María Luz de los Mártires Almingol, gerente asistencial de Atención Hospitalaria de la Comunidad de Madrid, Rafael Esteban, jefe de Servicio de Medicina Interna del hospital universitario Vall d'Hebron, María Río, directora general y vicepresidenta de Gilead España y Vivek Muthu, consejero jefe de salud de The Economist Intelligence Unit.
Simplicidad y cercanía, claves fundamentales para eliminar la hepatitis C

Simplicidad y cercanía, claves fundamentales para eliminar la hepatitis C

Las personas que mantienen prácticas sexuales de riesgo o la población reclusa son los objetivos para erradicar la enfermedad

Viernes, 8 de junio 2018

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Costó mucho tiempo y sacrificios ponerlo en marcha, pero el Plan Estratégico para el Abordaje de la Hepatitis C ha conseguido, desde que vio la luz en 2015, tratar a unas 100.000 personas con una tasa de curación cerca al 95%. Una cifra que duplica a la que en principio estaba prevista. «Esto se debe, en gran parte, a que muchos de estos enfermos estaban controlados. Lo que se hizo fue llamarlos y tratarlos», explicó el doctor Javier Crespo, jefe de servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla. «Ahora falta la segunda fase, más complicada, porque ya no tenemos a esos pacientes conocidos», explicó el doctor Crespo durante la presentación del informe 'Enfoques políticos para abordar la hepatitis C en España' realizado por The Economist Intelligence Unit.

«La palabra clave es la simplicidad», argumentó el doctor Rafael Esteban. El jefe de Servicio de Medicina Interna del hospital universitario Vall d'Hebron consideró que en la actualidad el camino hacia los últimos fármacos para el virus de la hepatitis C (VHC), ya que el paciente tiene que pasar por el médico de atención primaria, después al especialista en aparato digestivo, hacer pruebas y a un centro especializado y entrar en un registro. «Este circuito hay que acortarlo», razonó el doctor, pensando sobre todo en los grupos de personas más vulnerables.

«Tenemos que ir donde están los grupos de riesgo, colaborando con las ONG que tratan con drogadictos o a aquellas asociaciones que trabajan con portadores del VIH», explicó. «Si un drogadicto viene a por metadona, es posible darle la pastilla para el VHC al mismo tiempo», argumentó el experto. «Es necesario hacer el diagnóstico en una primera consulta», ahondó el doctor Juan Turnes, del Complejo Hospitalario Universitario de Pontevedra. «No es un problema de dinero. Debe considerarse como una inversión en salud», añadió el doctor.

A pesar de los buenos resultados del plan estratégico -que se adelantó a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud- el estudio recalca que todavía hay unas 150.000 personas sin diagnosticar. «Esto se debe a que es una enfermedad asintomática», comentó la presidenta de la Asociación Española para el Estudio del Hígado, la doctora María Buti, que apostó por hacer un cribado general de la población empezando con los colectivos en alto riesgo, como los usuarios de droga por vía intravenosa, las personas que mantienen prácticas sexuales de riesgo o la población penitenciar.

Más información y acercar los tratamientos a centros de desintoxicación y cárceles son algunas de las medidas planteadas. «Permitirán eliminar del mapa sanitario en España toda una enfermedad y, sobre todo, ayudar a muchos más pacientes. También son beneficiosas para el sistema sanitario, puesto que se reducirá el número de pacientes que desarrollan enfermedades mortales asociadas a la hepatitis C», apuntó María Río, vicepresidenta y directora general de Gilead España.

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