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Lunes, 24 de abril 2017, 23:06
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Sentir deseo por comer chocolate tiene una explicación clara. Es un alimento compuesto por Triptofano, Feniletilmina y Anadamina, que son sustancias responsables de regular las hormonas de la felicidad. También aporta magnesio, que mejora nuestro estado de ánimo, y polifenoles, responsables de aumentar nuestros antioxidantes naturales. Además, la Teobromina también está presente en su composición, estimulando nuestra energía. Por lo tanto, el chocolate nos produce un placer inmediato al que es difícil renunciar.
A no ser que nuestro organismo no tolere el azúcar o lo convirtamos en un sustitutivo recurrente cuando no nos sintamos bien, no deberíamos preocuparnos en exceso, puesto que su ingesta no tiene los efectos de una droga.
Si lo tomamos negro y puro, mucho mejor. Siempre ganaremos en salud y la báscula nos lo agradecerá.
Pero hoy en día hay mil y una formas de disfrutar de este sabroso alimento sin necesidad de ingerirlo. De hecho, conscientes de las pasiones que despierta y de sus infinitas propiedades, la estética ha aprovechado el tirón para incorporarlo a muchos productos y tratamientos.
La chocolaterapia, por ejemplo, es una técnica que tiene como objetivo reconfortar cuerpo y mente, además de actuar contra el envejecimiento. Existen en el mercado mascarillas de chocolate, cremas de masaje con chocolate y hasta bandas depilatorias con aroma de chocolate. Toda una gama de productos que consiguen, entre otras cosas, remineralizar e hidratar nuestra piel, actuar como ansiolíticos y antidepresivos o drenar nuestra circulación para luchar contra la celulitis.
No es de extrañar, por lo tanto, que muchos hoteles hayan incorporado la chocolaterapia en sus centros de salud o spas, ya que actúa como un reclamo para todos esos huéspedes que buscan encontrar en sus escapadas de relax, placer por partida doble.
Si este artículo te ha dado ganas de echar mano de la tableta de chocolate o de tomarte un buen Cola Cao calentito, estate atento; sobre todo si también te gusta viajar. Hay destinos que, sin duda, no te puedes perder: Bélgica, Ghana, Belice, Bourville (Inglaterra), Turín (Italia), Suiza, Hersey en Pennsylvania (EEUU), Isla de Granada en el Caribe, París o Venezuela.
Eso sí, la única forma de disfrutar de estos destinos es olvidándote de lo que ya conoces, así que nada de llevar encima tu chocolate favorito o kilos de Cola Cao como parece ser que algunos chocoadictos se han atrevido a hacer (y eso es de lo más razonable, los hay que viajan con tuppers de su madre). ¡Es el momento de poner a prueba tu paladar y todos tus sentidos!
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