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Excavaciones en el Monasterio de Montes.

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Excavaciones en el Monasterio de Montes. César Sánchez

El lugar de nacimiento del monacato

Un congreso internacional y una exposición sobre el mundo monástico pondrán la guinda a los dos proyectos de investigación que se están llevando a cabo actualmente en la zona de la Tebaida berciana

D. ÁLVAREZ

Domingo, 13 de agosto 2017, 12:13

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«Si tan solo fuéramos capaces de recrear el paisaje de la Tebaida berciana del siglo XVI, este territorio monástico del Bierzo ya merecería ser, sin duda, Patrimonio de la Humanidad». Así de tajante se muestra el historiador del arte Artemio Martínez, uno de los investigadores que lidera el proyecto que National Geographic impulsa en los terrenos del monasterio de San Pedro de Montes, en la localidad ponferradina de Montes de Valdueza, sobre las posibles consecuencias de los trabajos de excavación que actualmente se llevan a cabo en el área. La iniciativa investigadora tendrá su punto álgido en 2019, con la celebración de un congreso internacional y una exposición sobre el mundo monástico, en conmemoración del 1.100 aniversario de la consagración, por parte del obispo San Genadio, de la iglesia del monasterio.

Tras una primera fase de prospección, con la llegada del mes de agosto, los investigadores, dirigidos por el historiador Jorge López Quiroga, han vuelto a la zona y centrarán sus trabajos en el llamado Claustro de los Arcos, una zona del monasterio modificada alrededor del siglo XVII que podría dar pistas sobre las infraestructuras hidráulicas del complejo. Así, la excavación y estudio de las canalizaciones, de las que hay varias evidencias sobre el terreno, protagonizan el trabajo que los arqueólogos llevarán a cabo hasta el 19 de agosto.

Al respecto, Martínez explica que las estructuras hidráulicas constituyen un «componente fundamental» en este tipo de edificaciones, debido a las necesidades inherentes a la vida cotidiana de una comunidad monástica de la entidad de la que existió en Montes de Valdueza. El equipo de investigadores espera que la intervención permita conocer las diferentes etapas de ocupación en este sector del edificio para completar la secuencia ocupacional del monasterio a lo largo del tiempo.

«La prospección se realiza utilizando el método Harris de excavación por estratos geo-arqueológicos», explica el arqueólogo Marcos Muñoz, que describe su trabajo como «lento pero suculento». Los restos que van apareciendo se analizan pormenorizadamente, desde la propia tierra y los restos óseos, hasta los insectos, cuya datación puede ayudar a situar en el tiempo el estrato en el que se han encontrado. Además, el minucioso registro se completa con fotografías aéreas, tomadas con la ayuda de un dron, de cada estrato que van descubriendo los arqueólogos dentro del perímetro en el que actúan, cuyas dimensiones son las de un cuadrado de diez metros de lado.

El actual proyecto, de índole estrictamente arqueológica, es de corto recorrido y tiene una dotación de unos 17.000 euros por parte de National Geographic. Antes de proceder a la actuación arqueológica, se ha efectuado la prospección de los espacios de manera aérea. Además, en superficie también se han utilizado métodos no intrusivos como los perfilómetros y georadares de última generación. La iniciativa concluirá este mismo año a no ser que National Geographic conceda un año más de financiación, «algo que suele ocurrir en contadas ocasiones», señala Martínez.

Un proyecto internacional y multidisciplinar

El equipo de trabajo, del que también forman parte el arquitecto del Plan Director de San Pedro de Montes, Eloy Algorri, y el director de la Escuela de Patrimonio, Javier Ramos, está integrado por técnicos arqueólogos, peones especializados, paisajistas y bioantropólogos. El equipo de técnicos arqueólogos se encarga de la excavación, mientras que el bioantropólogo se encarga de la extracción y estudio de los restos óseos y entomológicos que se encuentren.

Por su parte, el estudio de los restos materiales y constructivos que se pudieran localizar correrá de la mano de los historiadores, a los que se sumará un comité de asesores científicos, con miembros llegados de universidades de Alemania, Croacia y Dinamarca, así como de otras instituciones académicas españolas como la de Girona y la de Murcia.

Con la cautela que caracteriza a los investigadores y tras recordar los dilatados procesos asociados al trabajo arqueológico, Martínez avanza que el deseo de los directores científicos del proyecto es mostrar los avances y resultados del mismo en el marco de los actos conmemorativos del 1.100 aniversario de la consagración de la iglesia, coincidiendo con la celebración del congreso y la exposición.

Estructuras únicas en Occidente

En ese sentido, cabe recordar que el objetivo del proyecto es localizar los orígenes del actual monasterio, cuya fundación se remonta al siglo VII, de la mano de San Fructuoso. «Si lográsemos conocer la estructura primitiva del monasterio de San Pedro de Montes o del de Compludo sería un hallazgo excepcional a todas luces», explica Martínez, que advierte que los trabajos también podrían dar con el antiguo monasterio de Montes, el que San Genadio restauró hacia el año 895 y amplió hacia el 919, del que no se sabe absolutamente nada.

«El hallazgo del monasterio del siglo X aportaría una documentación única y excepcional», explica Martínez, que opina que «San Pedro de Montes puede suponer para la historia del monacato en la Península Ibérica un caso excepcional, ya que allí puede estudiarse su evolución desde sus orígenes en el siglo VI hasta su desaparición en el siglo XIX». Según el investigador, estas características convierten a la zona en «un espacio digno para presentar su candidatura a ser reconocido como Espacio Cultural y Espacio Natural Protegido».

En la misma línea, el historiador recuerda que estas estructuras son «únicas en Occidente». «Por increíble que pueda resultar, a día de hoy los monasterios fructuosianos son todavía unos auténticos desconocidos para los investigadores», lamenta Martínez, que añade que poco se sabe de su organización, estructura y dependencias, más allá de lo aportado por los textos, especialmente por la ‘Regula Monachorum’ de San Fructuoso.

Proyecto de futuro

Un segundo proyecto a medio y largo plazo, a desarrollar en distintas fases, se está poniendo en marcha, con un carácter mucho más ambicioso, ya que no se centrará exclusivamente en Montes sino en la totalidad de la Tebaida berciana, incluyendo localidades como Compludo o Palacios de Compludo, donde se sitúa el verdadero germen del movimiento monacal, apunta Martínez. El objetivo de esta segunda iniciativa investigadora, presentada el pasado mes de noviembre en Ponferrada en el marco de las jornadas medievales sobre la Tebaida, es conocer, promover y poner en valor los recursos históricos, artísticos y culturales que esconde este territorio de singular carácter monástico.

El proyecto tendrá una primera fase durante el bienio 2017-2018, que se desarrollará en el ‘castellum ruphianense’, un espacio localizado por los textos del que, sin embargo, nada se conoce, y en el ‘monasterium ruphianense’, nombre primigenio de San Pedro de Montes. La intervención arqueológica también alcanzará al interior de la actual iglesia monástica, con el fin de localizar los restos del monasterio fundado por San Fructuoso en el siglo VII. El objetivo es conseguir que el conjunto, que actualmente y desde 1931 posee la categoría de Monumento Histórico-Artístico, sea declarado Bien de Interés Cultural (BIC).

La segunda fase, a partir de 2018, realizará prospecciones en las localidades bercianas de Compludo y Palacios de Compludo con sistemas no intrusivos. A la vez, los responsables del proyecto irán preparando el congreso internacional y la exposición sobre el mundo monástico que tendrán lugar en 2019. «El eje formado por Compludo, Palacios de Compludo, San Pedro de Montes y Peñalba de Santiago forma parte de uno de esos escasos y singulares paisajes históricos de Occidente que, por su significación y singularidad, no sólo necesita ser conservado, también estudiado y difundido», insiste el historiador.

En este proyecto, coordinado desde el Instituto de Estudios Bercianos (IEB) y dirigido también por López Quiroga y Martínez, colaboran varias entidades locales y autonómicas, a los que la inversión de National Geographic «sirvió de acicate», explica Martínez. Entre ellos, destacan la Real Fundación Hospital de la Reina de Ponferrada, el Consejo Comarcal del Bierzo, el Ayuntamiento de la capital berciana, la Diputación de León y la Junta.

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