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Lerma.
Lerma, la grandeza de una villa histórica moldeada a capricho

Lerma, la grandeza de una villa histórica moldeada a capricho

El duque de Lerma impulsó este histórico municipio dejando tras su paso un legado arquitectónico sin precedentes

Álvaro Romero

Jueves, 12 de abril 2018, 11:24

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La imponente villa de Lerma se alza al sur de la provincia de Burgos, sobre un remarcado altozano, dominando desde la altura el valle del río Arlanza. Su bonita silueta es tan solo un aperitivo de lo que guarda este municipio entre sus calles, edificios señoriales y majestuosas obras arquitectónicas marcan un legado sin precedentes entre el que se encuentra el conjunto herreriano más importante de España. Facetas que le han valido para ser denominado Conjunto Histórico Artístico.

Las tribus celtíberas fueron las primeras en quedar prendadas de la zona y asentarse allí para explotar las fértiles tierras cercanas al río. Posteriormente importantes civilizaciones verían en la región un lugar estratégico, tierra de paso y cruce de caminos, lugar clave para controlar el paso de personas y mercancía en la península Ibérica. Romanos, suevos, visigodos y árabes dominaron el territorio antes del avance cristiano.

Respirando historia

Caminando por el pueblo se respira su fascinante historia, entre callejuelas y rincones escondidos. La época medieval dejó diferentes construcciones importantes en Lerma, como el Arco de la Cárcel o el puente sobre el río Arlanza. Pero, sería en el siglo XVII cuando Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, duque de Lerma y valido de Felipe III moldearía a capricho la imagen de la villa. Rompió con lo establecido y convirtió sus calles en un lugar de recreo a medida para la corte real.

Noble y señorial

Así se puede definir el legado que el Duque de Lerma dejó en la localidad. El máximo ejemplo es el Palacio Ducal, levantado entre 1601 y 1617 sobre las ruinas del viejo castillo. Se caracteriza por sus líneas sobrias y elegantes. Flanqueado por cuatro torres, en la actualidad es un Parador de Turismo. Frente a él se extiende la Plaza Mayor, un enorme rectángulo porticado y de suelos empedrados.

A pocos metros aparece el edificio religioso más importante del pueblo, la colegiata de San Pedro, construida a principios del siglo XVII muestra espectacular fachada herreriana y ofrece unas bonitas vistas del río. Guarda varios tesoros en su interior, entre ellos un órgano que data del año 1616.

Ermitas y conventos, un total de cinco: San Blas, de la Ascensión, Madre de Dios, Santa Teresa y Santo Domingo, completan su arquitectura religiosa. Otros atractivos turísticos que merecen la pena ser visitados son los Pasadizos de Duque de Lerma, la Plaza de Santa Clara y el mirador de los Arcos.

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