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Vista de Bérgamo.
Bérgamo, una coqueta ciudad del norte de Italia

Bérgamo, una coqueta ciudad del norte de Italia

Un lugar que derrocha arte y cultura por los cuatro costados entre la armonía de sus paisajes y la amabilidad de sus gentes

Álvaro Romero

Jueves, 1 de junio 2017, 06:37

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Situada en la parte oriental de Lombardía, la provincia bergamasca ocupa parte de los Prealpes lombardos, en el norte de Italia, a tan solo una hora en coche de Milán. Mientras la zona norte de la provincia es montañosa, en el sur predomina la llanura que convive con alguna que otra colina.

Bérgamo es una ciudad con historia. De ser asentamiento celta pasó a dominio romano. Posteriormente, sería el temido Atila, junto con su ejército, el que conquistaría las tierras. Siglos más tarde pasó a control veneciano, la urbe creció y se asentó como una ciudad medieval próspera protegida por sus murallas.

Esos muros no le aseguraron la tranquilidad y la paz, en sus tierras se siguieron librando mil batallas. Fue atacada por españoles y franceses hasta que Napoleón consiguió conquistarla. Más tarde se convirtió en colonia austriaca hasta que Garibaldi puso fin a ese dominio unificando Italia.

Adentrarse en la ciudad de Bérgamo es descubrir dos ciudades en una, la Ciudad Baja y la Ciudad Alta. En la primera de ellas los atractivos turísticos son escasos, se agolpan viviendas y barrios residenciales modernos. Tan solo merece la pena visitar algún museo, entre los que destaca la Accademia Carrara, una excepcional pinacoteca donde es posible contemplar obras de pintores tan importantes como Botticelli, Rafael o Canaletto, entre otros.

Un funicular conecta ambas partes de la ciudad, aunque también es posible desplazarse en autobús. Por poco más de tres euros se puede comprar un billete de 24 horas que permite el acceso a ambos medios de transporte. Bérgamo es una de las escapadas más importantes cuando se visita Milán y una de las preferidas de los milaneses, tan solo se necesita un par de días para descubrirla en profundidad.

Encerrada entre sus muros y encaramada en una colina, la Ciudad Alta conserva en su disposición urbana, el antiguo aspecto de ciudad medieval, rodeada por su compacta muralla construida por los venecianos en el siglo XVI. Se consolida como corazón turístico de la zona, repleto de bares, restaurantes y tiendas típicas.

Un centro histórico relativamente pequeño y compacto que se puede descubrir tranquilamente dando un paseo. Varias torres de piedra se levantan en altura, fortificaciones que muestran el poder de las familias que allí habitaron, a mayor altura más prestigio y autoridad. La de Gombito, con más de 50 metros es una de las más altas.

La piazza Vecchia o plaza Vieja de Bérgamo es uno de los lugares más bellos de Italia. Una fuente preside el centro de la plaza, franqueada por el palacio de la Ragione, el Nouvo, el de Podesta y la torre Civica. Esta última alberga un conjunto de campanas, entre las que se encuentra la más grande de Lombardía, que repican cada día a las diez de la noche como hacían antaño cuando las puertas de la ciudad amurallada se cerraban. Un total de 100 toques anunciaban el toque de queda.

Junto a ella, atravesando sus arcos se accede a otra plaza, en este caso la del Duomo. Allí se levanta impasible, la espectacular basílica de Santa María la Mayor, de estilo románico-lombardo. Sus puertas protegidas por leones rojos y blancos dan acceso a un interior plagado de pinturas y frescos, donde predomina el mármol. En la misma plaza se encuentran también el Baptisterio, la Capilla Colleoni y la Catedral de Bérgamo.

Otro de los rincones destacados del centro histórico es la plaza Lorenzo Mascheroni con la puerta y la Torre del Reloj. De visita obligada es el castillo de San Vigilio, al noroeste de la Ciudad Alta. Se localiza en una colina homónima ofreciendo unas vistas espectaculares donde se observa todo Bérgamo.

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