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Niños jugando en una guardería.
¿Qué hacer si tu niño pega y muerde en la guardería?

¿Qué hacer si tu niño pega y muerde en la guardería?

Hace un par de semanas mi hijo mordió a un compañero de su guardería y empujó a otro. Le he llamado la atención, pero me preocupa que no le baste con el regaño. ¿Debo castigarlo?

Virginia Diego de Somonte Bueno

Miércoles, 17 de mayo 2017, 15:59

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Cuando hace referencia a la guardería imagino que su hijo tiene 2 años o menos. En esta edad es habitual que los niños tengan estos «incidentes» con sus compañeros. Por un lado se debe a que todavía no toleran bien la frustración y, al socializar, deben aceptar más de una frustración como, por ejemplo, que les quiten el juguete con el que juegan. Además, el lenguaje no es todavía el canal de comunicación que mejor dominan y en consecuencia no lo usan para resolver sus pequeños conflictos. En tercer lugar, en niños tan pequeños la boca es todavía un «centro de referencia» emocional y lo mismo chupan los objetos como muerden a otros niños. Esto no quiere decir que haya que dejarles que muerdan o peguen a otros niños, sino que a veces se trata tan solo de una época que deben pasar como tributo a las primeras socializaciones a las que se enfrentan. Esta es también la época de las famosas rabietas que no debemos confundir con arrebatos de ira y que cumplen una función evolutiva y pasan con el tiempo y la paciencia.

Si su hijo tiene incidentes de este tipo, consulte en la guardería si ocurren con frecuencia: ellos sabrán poner en contexto este tipo de situaciones y le dirán si debe preocuparse o no. Por otro lado, se debe responder con tranquilidad e inmediatamente. Podemos usar cuentos educativos que nos faciliten hablar de estos temas, en su librería habitual le asesorarán bien. Es importante que el pequeño se ponga en el lugar del otro desarrollando una adecuada empatía, para comprender el efecto que su conducta provoca en sus compañeros. Dígale que esto la pone triste y refuerce con halagos y besos cada conducta adecuada hacia otros niños. Hable con él y de él, catalogándolo de «niño bueno que no pega», para que interiorice una imagen de sí mismo adecuada. Pero sobre todo, dele tiempo a madurar y, si la situación persiste o empeora, consulte con un psicólogo infantil para que descarte alguna patología asociada.

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