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Sorpresa, inquietud y ¿convulsión?

DIEGO Carcedo

Domingo, 21 de mayo 2017, 22:20

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La victoria del ex secretario general Pedro Sánchez en las elecciones primarias del PSOE es una sorpresa relativa que causa inquietud en la opinión pública y amenaza con provocar una verdadera convulsión interna en el Partido. La primera lectura del resultado de las votaciones indica que la militancia ha ejercido su derecho a elegir con libertad y optó por el candidato que de partida le ofrece mayores perspectivas de enfrentar con mayor beligerancia su rechazo al Gobierno de Mariano Rajoy. En las primarias se votaba, más que entre los tres candidatos, una forma de afrontar la crisis política que unos meses atrás había quedado larvada con la abstención socialista que viabilizó la continuidad del Gobierno de su eterno adversario, el Partido Popular.

El énfasis del 'no es no' con el que hace un año expresó Pedro Sánchez el rechazo a cualquier tipo de acuerdo para la investidura de Rajoy quedó muy afianzado entre la militancia del Partido que no veía, ni como ahora se ve continúa sin ver, las razones de interés nacional que pudieran justificar el apoyo a un Gobierno que durante cuatro años había avasallado con su mayoría absoluta a la hora de aprobar leyes y tomar decisiones sin tener en cuenta las opiniones de los demás grupos parlamentarios. Los escándalos de corrupción que en las últimas semanas han empañado más, si es que cabía, al PP probablemente fueron decisivas en el resultado de las Primarias del PSOE

Pedro Sánchez es un político hábil y responsable en quien sus enemigos sin embargo ven un peligro grave para la precaria estabilidad existente, para la democracia y hasta para la unidad de España. Esta impresión muy afianzada es un hándicap notable, aunque injustificado, con el que parte de nuevo en las funciones que el Comité Federal le había obligado a abandonar. Pero también hay que añadir en este análisis de urgencia que le va a costar recuperar una imagen de líder responsable y combativo al mismo tiempo, contra un Gobierno poco dúctil a la hora de negociar. Para empezar, su victoria clara en las Primarias no excluye la división en el Partido que se generó con su dimisión en octubre y se acentuó con la crudeza del debate de estas semanas que tendrá que enfrentar.

Esta victoria es el comienzo de una larga y compleja etapa que incluirá negociar la formación de la nueva Ejecutiva, afrontar el Congreso y la designación del candidato ante unas nuevas elecciones generales -- que con su triunfo se anticipan más probables y, enseguida, los congresos regionales con bastantes de los barones del Partido y presidentes algunas administraciones autonómicas que van a recibirle con más que reticencias. Los tres candidatos que compitieron tiraron de manual la víspera y propugnaron esforzase por la recuperación de la unidad perdida en el Partido y prometieron renunciar a cualquier tipo de revanchismo. Pero esa buena voluntad verbal va a resultar difícil de lograr.

Aunque el propio Sánchez prometió que no tomaría represalias contra quienes le abandonaron y le combatieron luego, la experiencia demuestra que en el ejercicio de la política eso casi nunca se cumple. Con Patxi López, el tercero en la carrera por la Secretaría General, no tendrá seguramente especiales problemas: es diputado y su prestigio como ex lendakari pone el futuro de su carrera política a cubierto. Otra cuestión diferente será su relación con la derrotada Susana Díaz, con quien nunca tuvo buena relación, y quien además de presidir el Gobierno de Andalucía, encabeza un porcentaje muy elevado de la militancia.

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