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Artur Mas, Irene Rigau y Joana Ortega, en el banquillo.
Mas: «Soy el responsable político de todo»

Mas: «Soy el responsable político de todo»

"Los voluntarios fueron imprescindibles para organizar el 9-N", ha asegurado el expresidente de la Generalitat

cristian reino

Lunes, 6 de febrero 2017, 08:27

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Por primera vez en más de 40 años de democracia, un expresidente autonómico se ha sentado esta mañana en el banquillo, acusado de un delito de desobediencia grave y prevaricación. Artur Mas ha declarado esta mañana en el juicio por el 9-N y ha afirmado que fue el "responsable político de todo", de tirar adelante el proceso participativo, que ha calificado que no tenía efectos jurídicos y que no hubiera podido ser posible sin la participación de 42.000 voluntarios. A su entender, el 9-N "no fue un capricho ni una ocurrencia", sino la consecuencia de "amplios apoyos parlamentarios".

Mas, que solo ha respondido a las preguntas de su abogado, ha basado su línea de defensa en señalar que la votación no era una consulta vinculante ni un referéndum, sino solo un proceso participativo. Además, ha alegado que a pesar de que la consulta fue suspendida por el Tribunal Constitucional, la notificación que la Generalitat recibió para comunicar dicha suspensión no incluía ninguna advertencia sobre las consecuencias que podrían derivarse de no atender el requerimiento del alto tribunal. Según Mas, la notificación le llegó por correo electrónico y no se la entregaron en persona.

Además, ha apuntado que si tan "evidente era que estábamos cometiendo un delito", "¿cómo es que ni el Constitucional ni la Fiscalía actuaron durante el 9-N para hacer cumplir la suspensión?". El expresidente de la Generalitat ha recordado asimismo unas declaraciones de Mariano Rajoy en las que minimizó y ridiculizó el alcance de la consulta.

Los voluntarios, «elemento clave»

Mas ha relatado en la hora en la que ha declarado en el juicio que tuvo que elegir entre dos deberes: hacer caso al mandato parlamentario "explícito" que le pedía poner las urnas para conocer la opinión de los catalanes sobre la independencia o atender el requerimiento del Constitucional, que a su juicio era "impreciso". Impreciso porque según ha dicho no incluía la advertencia precisa y porque además la Generalitat pidió al Constitucional una aclaración sobre qué implicaba dicha suspensión y no recibió respuesta.

Mas ha apuntado que en la primera consulta prevista, la que anuló el Constitucional, era la administración la única responsable de la organización de la votación, pero que en la segunda, la que al final se llevó a cabo bajo el formato de proceso participativo, la administración colaboraba a fondo pero "no era directamente responsable de la organización", que recayó en los voluntarios. "Fueron elemento y pieza clave imprescindible de la organización del 9-N y, sin ellos, hubiera sido materialmente imposible", ha dicho.

En esta línea, la exvicepresidenta de la Generalitat, Joana Ortega, ha afirmado que quienes abrieron los colegios, recogieron los votos y organizaron las colas, quienes lo gestionaron todo el día de la votación fueron los voluntarios".

Por su parte, la Fiscalía cree que Mas articuló "una estrategia de desafío completo y efectivo a la suspensión acordada por el TC", generando la apariencia de que las actuaciones administrativas públicas se paralizaban y el proceso quedaba en manos de voluntarios, según consta en su escrito de acusación.

Media hora de retraso

Con un retraso de más de media hora, Mas y sus dos exconsejeras se han presentado tarde ante el tribunal. Los tres acusados han salido a las 8.15 horas del Palau de la Generalitat, donde les han recibido el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y la presidenta de la Cámara catalana, Carme Forcadell. Desde allí, se han desplazado a pie hasta el palacio de justicia, un paseíllo con el que se han dado un baño de masas a lo largo de un kilómetro. La comitiva ha recorrido algunos de los lugares icónicos del secesionismo, como el Fossar de las Moreres o el centro comercial del Born, dos símbolos de la resistencia de Barcelona contra el ejército de Felipe V en 1714.

Miles de personas han arropado a Mas, Ortega y Rigau, recibidos en una abarrotada explanada del TSJC, llena de banderas esteladas. La ANC y Ómnium han señalado que había 50.000 personas inscritas. "Poner las urnas no es un delito", ha afirmado Carme Forcadell. "Estamos aquí para defender la democracia, esto no va de independencia, va de democracia", ha apuntado. Se han escuchado gritos a favor de la democracia, gritos de "ni un paso atrás", "no estáis solos", "fuera, fuera, fuera, la justicia española" o "fuera los tribunales de la inquisición".

Antes del paseíllo, el presidente de la Generalitat ha pronunciado un discurso institucional desde el Palau de la Generalitat donde ha señalado que el 9-N nunca debería haber llegado a los tribunales. "Mas, Ortega y Rigau defienden hoy la dignidad de Cataluña antes los abusos del Estado", ha afirmado. "Todos los que votamos el 9-N nos sentimos juzgados", ha rematado. "Un país capaz de hacer el 9-N tiene una democracia más sana que la de un país que envía al banquillo a los que dirigentes que lo hicieron posible".

Colau: «Yo también me acuso»

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha considerado que votar no puede ser un delito en un país democrático, y ha recordado que ella participó en la consulta del 9N: "Yo también me acuso".

En un apunte en Twitter ha dicho: "Poner urnas no puede ser delito en un estado democrático. Hoy #6F yo también me acuso porque #9NSomosTodos. Apoyo a los encausados del 9N. #EstoVaDeDemocracia". Colau ha acompañado su mensaje con una fotografía suya votando en la consulta del 9N, por cuya organización se juzga desde este lunes al expresidente de la Generalitat.

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