Borrar
Victorino Alonso, en enero de 2015, durante su comparecencia en la comisión de investigación de la Junta General sobre la fortuna oculta de José Ángel Fernández Villa
Los líos del rey del carbón

Los líos del rey del carbón

En tan solo cinco días se han conocido dos fallos en su contra por los daños en el yacimiento neolítico de Cueva de Chaves y por el carbón desaparecido de Hunosa

SUSANA BAQUEDANO

Domingo, 20 de noviembre 2016, 10:22

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Su vida son la mina y los negocios, y su única diversión, según quienes le conocen, es la caza. Tiene buena puntería y esa habilidad la ha llevado también al ámbito empresarial, donde apunta con buen tino. Pero no siempre acierta en sus dianas y eso le ha costado más de un disgusto. Hoy, en el ocaso de un sector que fue clave para la expansión económica de Asturias y León, a Victorino Alonso se le acumulan los líos judiciales.

Un presagio de que su trayectoria empresarial no estaría exenta de polémicas fueron las declaraciones que efectuó en 1997 el entonces secretario de Estado de Industria, Nemesio Fernández Cuesta. En el Congreso de los Diputados, informó de sus sospechas sobre las actividades económicas de Alonso, a quien acusó de no clarificar contablemente su grupo de empresas. Juzgó de «incomprensible» que el grupo de empresas compuesto por 14 sociedades presentara unas pérdidas de 246 millones de pesetas con unas ventas globales de 49.399 millones y unos recursos propios de 10.000 millones y que mantuviera el negocio en fase expansiva.

La actualidad informativa ha vuelto a poner sus focos sobre este magnate de la minería. El pasado 11 de noviembre, nueve años después y tras una larga y complicada instrucción, el Juzgado de lo Penal número 1 de Huesca le condenaba a dos años y medio de cárcel y a pagar una indemnización de 25,5 millones de euros al Gobierno de Aragón. El magistrado le considera autor penalmente responsable de un delito contra el patrimonio histórico por haber causado graves daños a uno de los yacimientos neolíticos más importantes de la Península Ibérica. Se trata de la Cueva de Chaves, que fue destruida para construir abrevaderos para cabras en un coto de caza relacionado con el magnate minero.

Cinco días después, Victorino Alonso ha vuelto a ser noticia. El juzgado de primera instancia número 5 de Oviedo ha dado luz verde al embargo de más de 28 millones al empresario leonés. La medida había sido solicitada por Hunosa, que pidió la ejecución provisional de la sentencia por la desaparición del carbón, propiedad de Hunosa, que se encontraba en las instalaciones del Grupo Alonso dentro del denominado Almacén Estratégico Temporal (AETC). La hullera estatal podrá ahora retener las ayudas a la producción y pagos de eléctricas en favor de Uminsa pendientes de cobro, hasta cubrir la cuantía adeudada. Uminsa anunció que impugnará la medida.

Don Vito Carbone

Estos últimos casos se suman al historial de un hombre al que en las comarcas leonesas del Bierzo y Laciana llaman, no se sabe muy bien si desde el cariño o con ironía, 'Don Vito Carbone'.

Apostó por la minería a cielo abierto, más rentable, con menos personal y mucho más impacto ambiental que la de interior, lo que le granjeó múltiples denuncias de los ecologistas. En 2007, un juez ordenó el cierre del Feixolín, una enorme mina a cielo abierto en un espacio protegido. El año pasado, en 2015, la Junta de Castilla y León restauró dicha explotación, con el aval del Grupo Alonso, en cumplimiento de una sentencia europea.

En marzo de 2010, el Tribunal Supremo le condenaba a pagar 13 millones de euros por suministrar carbón a Unión Fenosa «de forma irregular». Carbón de baja calidad y adulterado, con exceso de escombros y en gran parte importado de países del Este, que vendía como autóctono para cobrar las ayudas. En ese mismo año también tuvo una condena por fraude fiscal por la compra de maquinaria rusa y ucraniana a sus empresas Norfesa y Obricosa a precios inferiores a los que declaró. Lo saldó pactando una multa de 201.901 euros.

Los beneficios empresariales de Alonso fueron creciendo, pero las demandas y las multas también. Curiosamente, una de sus primeras comparecencias en los juzgados fue de tipo personal. Su exmujer le acusó de no pagar la pensión a sus dos hijas y de ocultar parte de sus bienes. Él se declaró insolvente.

Crecimiento

Alonso había ido comprando empresas mineras con dificultades en los años ochenta, pero su verdadero despegue sucedió en 1994, cuando se hizo con la Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP), la mayor compañía privada de explotaciones carboníferas del país, que se encontraba en quiebra y en manos de Caja España. Esta operación le convertiría en el empresario minero más importante del país después de Hunosa. La MSP representaba el 54% de la producción nacional. En 2006 se hizo con el control de Hullas del Coto Cortés, que junto a la Minero Siderúrgica configura Coto Minero Cantábrico, uno de sus buques insignia. El otro se llama Unión Minera del Norte. Victorino Alonso, que también presidió la patronal Carbunión entre 2006 y 2012, llegó a contar con un entramado empresarial compuesto por más de 30 sociedades.

En Degaña, mantuvo un largo litigio por la mina de Cerredo. CMC Cerredo, propiedad de Alonso, entró en quiebra en 2013 y una administración concursal se la adjudicó a Rodolfo Cachero. Alonso pidió mantener los derechos de explotación del yacimiento al ser propietario del coto minero y en enero de 2015 presentó ante la Consejería de Economía un plan de labores para explotar la mina, que fue denegado.

A finales del pasado mes de octubre, el leonés desmantelaba buena parte de la unidad productiva de la explotación asturiana. Un titular más que se sumaba al historial del rey del carbón.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios