Un héroe, pero con mayúsculas. El empresario y aventurero Ramón Gutiérez ha alcanzado este lunes un hito histórico. Lo ha hecho convirtiéndose en el primer leonés que logra cruzar el Océano Atlántico a remo, una gesta que sólo un reducido grupo de privilegiados ha conseguido hacer realidad en el ámbito internacional.
Publicidad
Han sido 50 largos días de travesía, de sacrificio, de situaciones extremas. Algo más de 1.200 horas en el interior de una pequeña embarcación de 8 metros de eslora y 1,60 metros de manga. Jornadas interminables que le han llevado el límite físico y casi a la extenuación.
Durante toda la travesía, cuyo inicio tuvo lugar el pasado día 10 de diciembre, Ramón Gutiérrez ha remado 4.500 kilómetros, la distancia que separa Dakar en África, de la Guayana francesa, en América.
50 días que han para escribir un libro, para narrar una historia que sólo será dimensionada con el paso del tiempo. «Lo que estoy haciendo realmente está al alcance de muy pocos», aseguraba la pasada semana en una conversación con leonoticias.
Ramón Gutiérrez ha cruzado la línea de meta (una franja de cinco kilómetros situada al este de la Guayana francesa) al mediodía de este lunes. Hasta allí debe desplazarse ahora el barco 'bandera final' que de forma secuencial ha ido recogiendo a los tres participantes en la travesía en el momento de cruzar la meta.
Publicidad
El leonés ha sido el tercero en llegar, una cuestión menor cuando se trata de un desafío de esta dimensión. En el trayecto la embarcación del aventurero leonés ha ido superando todo tipo de adversidades.
Ramón Gutiérrez lo recordaba así la pasada semana: «Jamás me imaginé tener que vivir situaciones como las que he vivido aquí. La experiencia es extrema a nivel físico y tremenda a nivel mental. Hasta llegar hasta aquí -entonces estaba a cuatro días de la costa- he pasado de todo. La tormenta Ana, las corrientes, olas de nueve metros de altura».
Publicidad
Nada de lo que se pueda explicar alcanza a dar una idea de la dimensión real de la hazaña lograda por un leonés único, excepcional, de un valor fuera de lo común. «Estoy agotado, pero feliz por estar cerca de la meta. Creo que será imposible volver a vivir algo así», sentenciaba entonces.
El barco de Ramón Gutiérrez ha llevado a León por bandera de un lado a otro del Océano Atlántico. Lo ha hecho con una pequeña bandera de la tierra en su pequeño mástil junto a la bandera de España de España que le fue regalada por el Ejército en Dakar.
Publicidad
La gesta del empresario leonés supone alcanzar una cima impensable, un récord descomunal, un listón que tardará décadas en ser igualado. «Ha hecho que lo que nadie se ha atravido a hacer», resumía uno de sus colaboradores en las últimas horas.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.