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Imagen del camposanto por la noche. Inés Santos

El museo más lúgubre de león

El Cementerio de León celebra estos días rutas guiadas al anochecer para dar a conocer las tumbas más importantes del camposanto con iluminación, detallada información y la teatralización de personalidades que descansan en el lugar

RUBÉN FARIÑAS

León

Miércoles, 18 de octubre 2017

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Cae el sol. El atardecer oscurece el naranja del cielo y la oscuridad se apodera del camposanto. Es momento de recogimiento, el ambiente lúgubre queda iluminado únicamente por las tulipas iluminadas.

Adentrarse en el Cementerio de León de noche envuelve al grupo de personas, guiadas por un camino de lamparillas, en un misticismo inusual. En esta jornada es turno para las autoridades e invitados. El alcalde de León, los concejales, el diputado de Turismo y ediles de municipios cercanos caminan por las calles del lugar.

Y de pronto la piedra aparece iluminada. Un panteón que descansaba en el antiguo cementerio, sito a la Carretera de Asturias, fue trasladado hasta este nuevo entorno. Aquí comienza el recorrido por la historia sobre mármol de la ciudad de León.

Al fondo aparece Miguel Castaño en un austero nicho. El alcalde, que ha quedado recordado como calle, fue un socialista ejecutado en Puente Castro.

Sorpresas teatralizadas

Uno de los mausoleos más imponentes es el de los Hombres Ilustres, propiedad de la Diputación de León. En él descansa simbólicamente Félix Gordón Ordás, presidente de la República en el Exilio y que dejó para la posteridad eso de «ser leonés es como ser español dos veces».

Siguiendo el recorrido guiado se adentra uno en el Bosque de las Ánimas. Un terreno ecológico del camposanto leonés donde las urnas funerarias sirven de fuente de alimentación a árboles. En este rincón verde se encuentra Victoriano Crémer quien pide «perdón si me muero sin avisar».

La primera sorpresa inesperada de la ruta aparece en el panteón más grande del Cementerio de León. El homenaje de los padres a Octavio Álvarez Carballo, con sus mármoles y azulejos venecianos en el interior, es presentado, apareciendo desde la penumbra, por su propio arquitecto, Fernando Ardós, quien dejó entre sus obras la Casa Encendida o el Cementerio Mayor de Madrid.

Cerca descansa la letra del Himno de León. José Pinto Maestro dictó los versos que honran esta tierra, al que Odón Alonso puso la música. La canción se estrenó en las Justas Medievales de Hospital de Órbigo en 1934.

La visita de Julio del Campo

Este espacio guarda recuerdo para aquellos que no profesan. La capilla laica de los represaliados de la Guerra Civil, construida por Oscar García, gana fuerza con la noche y la luz sobre sus fríos muros.

Julio del Campo descansa sobre su tumba. El filántropo quiso asistir a esta ruta, libro en mano, con su barba tullida para explicar que fue cantero y constructor. Justo enfrente descansa su hermana, Doracina, a quien hizo su propio lecho eterno.

El final del recorrido lo ilumina un ángel. A sus pies los inocentes, donde descansan los niños. Y, a su lado, lo hacen las unidades de las fuerzas armadas.

El camino nocturno por el cementerio, con su iluminación y su historia, logra cautivar, sobrecoger y emocionar. Es una ruta por la vida de León, de sus gentes y una forma de recordar a los que hicieron grande a esta tierra.

Proyecto Cementerios Vivos

Quien quiera conocer la historia de la ciudad de León debe recorrer su Cementerio Municipal. Por ello, entre el 18 y el 21 de octubre, el camposanto está abriendo sus puertas para realizar visitas guiadas entre las tumbas más ilustres de este lugar.

La iniciativa nacía hace una década de la mano de Alejandro Valderas, historiador y experto en el Cementerio de León. En 2008, el camposanto «no estaba para visitas» y si se trataba de modernizar se podía correr el riesgo de acabar con sus orígenes, datados en el siglo XIX.

Ahora, la Asociación Nacional de Entidades y Empresas Municipales de Servicios Funerarios y de Cementerios, dentro del proyecto Cementerios Vivos, ha establecido unas rutas guiadas de 50 minutos de duración con límite de 15 plazas cada una para las que ya no queda disponibilidad.

Serfunle y el Ayuntamiento de León pretenden dar a conocer la historia de la ciudad, la evolución del arte, las diferentes culturas y religiones a través de las tumbas de ilustres personajes. «Los cementerios son el reflejo de los lugares donde se encuentran y las personas enterradas son reflejo de lo que hoy es León».

El horario de las visitas es al anochecer, entre las 19 y las 21 horas, para envolver de un ambiente más lúgubre la ruta. Leoneses y visitantes podrán comprobar que su campo santo no sólo sirve para recordar a los que ya no están. También es un lugar de visita, recorrido y aprendizaje de aquellos que forjaron su historia.

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