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Rosa, Camino e Isabel. N. Brandón

Contra el cáncer de mama, sonríe a la vida

Isabel, Camino y Rosa, paciente, superviviente y voluntaria, relatan cómo cada día le plantan cara al cáncer de mama, al que hay que encarar de frente, «sin acobardarte»

ANDREA CUBILLAS

León

Jueves, 19 de octubre 2017, 11:08

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Isabel, Camino y Rosa son tres mujeres que nunca pierden la sonrisa a pesar de que en su vida se ha cruzado el cáncer de mama. De una forma u otra. Isabel lucha cada día por librarse de esta terrible enfermedad; Camino es una superviviente que le plantó cara; Rosa fue el aliento de una gran amiga que pese a su lucha no ganó la batalla al cáncer. Sin embargo, hoy las tres ven la vida en color de rosa.

Cargada de coraje y repleta de fuerzas mira Isabel Riesco a la vida. Desde hace dos años mantiene un pulso con un cáncer de mama, al que le lanzó un órdago porque entendió que, pese a ser dura la vida, merece la pena luchar para vivirla.

Fue en una revisión rutinaria del trabajado cuando le diagnosticaron el cáncer y, a partir de ahí, recuerda, empezó un calvario “que se ha alargado dos años. Fue un poco duro al recibir la noticia pero una vez superado lo he llevado con mucha energía, con la ayuda de la familia y las amistades pero, ante todo, con mucha energía y en ningún momento he pensado en una derrota”.

En apenas cuatro días finaliza su tratamiento y se muestra confiada en que el resultado será favorable porque, al fin de cuentas, con pesimismo jamás se gana una batalla, por ello recuerda a todas las pacientes con cáncer de mama que luchen como leonas y se aferren a la vida.

“Fue un poco duro al recibir la noticia pero una vez superado lo he llevado con mucha energía y con ayuda de la familia y las amistades y jamás pensando en una derrota»

ISABEL RIESCO, PACIENTE CON CÁNCER DE MAMA

Hay que tirar para adelante. Siempre. Hay momentos en los que flaqueas, es normal, pero no hay que perder la energía, las perspectivas y hay que ser siempre positivo con el apoyo de mucha gente se sale”, asegura Isabel, que además recuerda que el cáncer le ha cambiado la forma de encarar la vida.

“La vida te cambia. Y, por supuesto, las prioridades. Te das cuenta de que muchas cosas que creías que era importantes no lo son para nada”.

«Sobreviví al cáncer»

Bien lo sabe Camino Valdés, una mujer que le supo plantar cara al cáncer con apenas 38 años y que hoy, doce años después, se enorgullece en poder decir que es una superviviente. “Una noche me encontré el bulto y así empezó todo. Por suerte fue todo muy rápido porque en 14 días me estaban operando”, señala Camino, que no olvida que el primer susto “fue mortal”.

No oculta la dureza del proceso y la dificultad a la hora de enfrentarse a los cambios físicos que acarrea la enfermedad pero recuerda que lo importante es estar viva. “Yo esto mastectomizada y al principio cuesta verte en el espejo. El pelo para mí no fue importante porque sabía que volvía en alguno momento. Eres menopáusica, pierdes la cintura y un montón de cosas pero lo importante es seguir aquí, luchar, vivir aprovechar y sonreír nada más”.

«El 90% de tu cura eres tú mismo, que luchas y encaras la vida de enfrente, que no te amilanas, ni te acobardas ni te acojonas. Lo importante es seguir aquí y vivir»

CAMINO VALDÉS, SUPERVIVIENTE DEL CÁNCER

Una mujer valiente que tuvo en su lucha por bandera su sonrisa, la misma que ahora, desde hace tres años, comparte como voluntaria de la Asociación Española Contra el Cáncer con las pacientes de cáncer de mama, a las que invita al optimismo.

“El 90% de tu cura eres tú mismo, que luchas y que encaras la vida de frente, que no te amilanas ni acobardas ni te acojonas hablando en plata”, sentencia Isabel, que recuerda que “no hace falta tener un cáncer para recordar que estamos de paso y que lo importante es que hay que luchar”.

Una bocanada de aliento

El mismo que abandera Rosa Cubillas, que ha visto como el cáncer se lleva por delante a familiares y amigos. Sin embargo, también le planta cara al cáncer y lo hace como voluntaria en la AECC con la que colabora desde hace más de una década. Los inicios no fueron fáciles porque reconoce que se llevaba a casa los problemas. Sin embargo, entendió que su labor en la asociación era importante.

«Cada lunes entro a la sala de quimioterapia muy contenta, pase lo que pase. Te tienen que ver felices por allí hay un halo de tristeza. Siempre tienes que sonreír»

ROSA CUBILLAS, VOLUNTARIA AECC

Cada lunes, se pone una bata blanca para acompañar a las pacientes durante su sesión de quimio, con una única misión, que por unas horas borren de sus mentes la palabra cáncer. “Sobre todo necesitan hablar y que alguien que les escuche. Les doy todo mi apoyo y ellas te piden volver a verte. Me voy feliz a casa porque”.

Entiende que reírse es uno de los mejores antídotos para combatir cualquier enfermedad y por ello intenta contagiar su sonrisa y su sentido del humor a las pacientes con cáncer. “Pase lo que pase siempre entro en esa sala con una sonrisa. Es muy importante que ellas te vean felicidades porque allí hay un cierto halo de tristeza que tenemos que borrar”, recuerda Rosa, que recuerda que no son pacientes sino clientas con la que charlas y compartes un poco de tu vida.

Rosa, Isabel y Camino narran su experiencia con el cáncer de mama.
Rosa, Isabel y Camino narran su experiencia con el cáncer de mama.

Por ello y por muchas razones más, Isabel, Camino y Rosa representan a la perfección la tenacidad y la fortaleza que caracteriza a todas y cada una de las mujeres, en especial a las que lucha contra el cáncer de mama, una lucha a la que hoy, 19 de octubre Día Contra el Cáncer de Mama, se une toda la sociedad leonesa.

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