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Lunes, 29 de mayo 2017, 13:49
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Dice las cosas por su nombre. Sin pelos en la lengua. Directo. Sin rodeos. Pablo Fernández, secretario autonómico de Podemos, se ha convertido en el azote del PP en Castilla y León convencido de que es el problema de León y la Comunidad en su conjunto.
Es el duro mensaje que mantiene y reitera tras dos años como portavoz de la formación morada en las Cortes autonómicas, donde ha podido comprobar de primera mano, según denuncia, que el PP está unido por el poder.
Está cosido al poder. Solo hay que ver que en cuanto se desatan luchas intestinas empiezan romperse las costuras y a resquebrajarse las alfombras, dejando salir a la luz todo lo que llevan intentado ocultar durante tantísimos años, señala Fernández durante una entrevista en leonoticias.
Y así lo han dejado entrever, continúa, durante el proceso de las primarias ,que ha permitido que buena cantidad de votantes del PP se den cuenta de que han estado votando un partido que, en lugar de atender a sus intereses y mejorar su calidad de vida, ha estado preocupado únicamente por sus sillones.
Porque, según recuerda Fernández parafraseando a Eduardo Fernández, el presidente de los populares leoneses, el PP tiene un problema con la democracia interna. Creo que el PP está un poco reñido con cuestiones de democracia interna pero estoy convencido de que van a seguir con su tónica habitual, con ese juego de tronos con el único fin de agarrar la silla en lugar de preocuparse por lo importante, la gente.
Mañueco, «hombre de paja»
Un proceso interno que, sostiene Fernández, ha resquebrajado la gran familia popular, haciendo de Castilla y León las menos autonómicas de todas las comunidades y al PPCyL en un protectorado de Fernando Martínez-Maíllo y de Madrid.
Tanto es así que Fernández ve positivo el relevo de Juan Vicente Herrera. Al fin de cuentas, recuerda, Alfonso Fernández Mañueco, presidente del PPCyL, no es más que un hombre de paja de Maíllo, lo que provocará que Mañueco no gobierne la Junta porque en el 2019 las fuerzas del cambio terminaremos gobernando.
Una lucha de poder evidenciada a todas luces que se traducirá, a juicio de Podemos, en el fin de la hegemonía popular en Castilla y León. Y lo dice convencido, tras dos años de intenso trabajo con un discurso propio para Castilla y León, demostrando estar preparados para ser una alternativa del PP y en 2019 asumir las riendas del ejecutivo autonómico.
A pesar de que a muchos, hoy les entre la risa. Al fin de cuentas, según recordó durante su intervención en un pleno de las Cortes, también se hubiera reído Ignacio González si hace dos años le hubiesen dicho que hoy estaría en prisión y Manuela Carmena al frente del Ayuntamiento de Madrid.
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