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La ceremonia de las Cabezadas en San Isidoro.
Un Cabildo independentista

Un Cabildo independentista

La Real Colegiata de San Isidoro cita a cientos de leoneses en la popular ceremonia de 'Las Cabezadas' donde síndico y clero han vuelto a discutir sobre el 'foro u oferta' y que ha tenido a Cataluña y Puigdemont en el centro de la discusión

r.fariñas | s.gallo

Domingo, 30 de abril 2017, 15:04

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Las tablas volvieron a reinar en la eterna discusión. La cera dada por el pueblo ha encontrado respuesta en la tozudez del clero.

San Isidoro ha acogido la popular ceremonia de Las Cabezadas donde el síndico y el Cabildo isidoriano han debatido sobre el foro u oferta que León debe mantener con la iglesia por concederles un milagro, allá por el año 1158, el cual se atribuye al santo patrón y a doña Sancha.

La discusión entre los representantes de ambas administraciones no lo clarificó aunque sí estuvo marcado por algunos tintes de humor que aportaron la figura del presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, y el nacionalismo.

Javier García-Prieto, concejal del Ayuntamiento de León y representante del síndico, buscó todos los argumentos posibles para hacer entrar en razón a Jesús Fernández Corral, representante del Cabildo.

Tras recordar el origen de esta celebración, el edil discrepó sobre la figura de Doña Sancha, «la cual sacó los ojos y las entrañas a la mujer de su primer amante, algo que acongojó al pueblo» y no quiso discutirla en su obligación de acudir a entregar este foro.

Doña Sancha, el Grial y San Isidoro

Tanta obsesión por defender la obligación que León tiene con San Isidiro, que están «dejando de lado sus obligaciones», aseguró el concejal; como son la custodia del cuerpo del santo, al que le falta la cabeza; salvaguardar el panteón real, donde se perdió un manto de Doña Sancha; y el Santo Grial, que le faltan piedras; «e incluso el vino se está agriando», abroncó el concejal.

El representante del Cabildo, Juan Jesús Fernández Corral, acusó a García Prieto de estar «un poco nervioso» y defendió que sí están cumpliendo con sus obligaciones de custodia.

El síndico municipal pidió «confidencialidad» y lamentó que haya voces que estén dudando sobre la celebración en León de las primeras Cortes parlamentarias cuando había un Cabildo «despótico y tirano» con el pueblo de León, «se dice que los sacerdotes no respetaban los Decreta en algunos de sus puntos e incluso hay un poema de Lope de Vega al respecto».

El CNI investiga al Cabildo

García-Prieto reconoció que existen sospechas en el CNI español de que el Cabildo de San Isidoro sea «un aliado del nacionalismo catalán y se esté convirtiendo en la quinta columna del independentismo fuera de Cataluña», por su apoyo a la causa de Carles Puigdemont y la irrealidad de que la cuna del parlamentarismo fuera León. Incluso no descartó la posibilidad de que puedan acudir a San Isidoro «a buscar algún documento sobre el señor Pujol», bromeó el representante municipal.

Ante estas opciones, el Cabildo defendió que «de aquí no va a salir nada por el secreto de confesión». Y cuando el clero parecía más arrinconado, ante los argumentos del síndico, hubo que recordar que con la iglesia ha topado el pueblo de León: «Todos los años discutimos, pero todos los años los cirios se quedan en esta santa casa, asique muy voluntario parece que no es».

Finalmente, no hubo acuerdo. El alcalde volvió a ofrecer un velón de un arroba de peso y dos hachones al abad de San Isidoro, que éste recibió como foro del pueblo por los milagros del santo.

Tres cabezadas y hasta el próximo año

La ceremonia de este año estuvo marcada por la amenaza constante de lluvia y por el intenso frío. De hecho, la ceremonia, que habitualmente se celebra en el centro del claustro de la Real Colegiata de San Isidoro, se decidió trasladar inicialmente a uno de los pasillos para evitar la lluvia, aunque finalmente la ausencia de precipitaciones y las previsiones facilitaron que se retomaran los planes iniciales, algo que se vio recompensado con tímidos aplausos por parte de las decenas de asistentes que volvieron a congregarse en San Isidoro.

Tras la misa en el interior de la basílica, corporación municipal y clero se despidieron como manda la tradición. Tres reverencias bajo la lluvia, que sólo aquí cumplió con su amenaza, para despedirse hasta el próximo año en el que el debate volverá al templo leonés con el resultado final que todos conocen.

La tradición

Cada año, el último domingo de abril, se celebra este acto, denominado Las Cabezadas. La tradición se remonta al año 1158 cuando, ante una pertinaz sequía que afectó a campos y frutos en León, el pueblo, bajo el reinado de Fernando II y en la época de esplendor del viejo Reino de León, decidió llevar en procesión el arca con las reliquias de San Isidoro. Al llegar a Trobajo del Camino, cuentan las crónicas que se hicieron visibles nubes negras cargadas de lluvia que convirtieron la tierra en barro, donde se atolló el arca sin que ni siquiera los hombres fornidos pudieran levantarla para continuar viaje.

Un aviso divino, sin duda, porque a la divinidad no le gustó que los leoneses pasearan los santos restos. Doña Sancha, sobrina del rey, oró y ayunó durante tres días hasta que, de entre la multitud, cuatro niños que apenas superaban los diez años de edad tocaron el arca, que mutó su exagerado peso por el que era inamovible por la masa de una pluma ara, sin grandes esfuerzos, poder retornar las reliquias de nuevo a la Real Colegiata de San Isidoro.

Desde entonces, existe la promesa de que ese arca, que guarda los restos mortales del santo, no volverá a salir de su Real Colegiata. Aquí se donde nace la tradición de las Cabezadas. El pueblo realiza una oferta, como se realizó a partir de ese año como reconocimiento al santo, algo que para el cabildo es un foro y una obligación de la ciudad con su santo.

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