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Acto de hermanamiento entre León y Baeza.
La última victoria del pendón

La última victoria del pendón

Las ciudades de León y Baeza celebran un emotivo y noble acto de hermanamiento en el Consistorio de San Marcelo para potenciar los lazos históricos, culturales y económicos de ambas localidades

rubén fariñas

Sábado, 29 de abril 2017, 16:51

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«Grandes días de gloria vivió León, pero desgraciadamente poco recordamos; y lo que no se nombra, no existe». Con esa frase iniciaba el abad de la Muy Ilustre, Real e Imperial Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro el acto de hermanamiento entre dos ciudades que ya son una.

León y Baeza, Baeza y León han rememorado en un solemne acto el suceso histórico acontecido el 25 de julio de 1148. Fue entonces, cuando las tropas de Alfonso VII de León, un rey e Imperator Totius Hispaniae, tomó la ciudad jienense y llevó la reconquista de los cristianos más allá.

Los tambores volvían a retumbar en las calles de la capital de ese viejo reino esta soleada mañana. Los caballeros y damas de la Cofradía del Pendón salían en cortejo cívico desde la Basílica de San Isidoro acompañados por autoridades de Baeza y la concejala de Cultura del Ayuntamiento de León.

En la plaza de San Isidoro esperaba la corporación municipal leonesa, bajo custodia de sus maceros, y con el alcalde, Antonio Silván a la cabeza, que recibía a María Dolores Marín, alcaldesa de Baeza.

Ante ellos, imponente, como siempre, como lo ha hecho de manera secular, el Pendón de Baeza, el invicto, aquel que con la ayuda de San Isidoro logró innumerables victorias. Como ejemplo, en julio de 939, la batalla de Simancas, donde Ramiro II el invicto vencía en una dura lucha a los moros; o la toma de Toledo de 1085, a cargo de Alfonso VI el bravo que tomaría el cargo de emperador.

Los vínculos que han unido a lo largo de los tiempos a León y Baeza nacían gracias a él. Su triunfo en la conquista de Baeza dejó no sólo una victoria, sino un poso histórico y cultural y lazos de sangre entre ambas ciudades. Muchas familias leonesas, como los Benavides y su palacio de Jabalquinto, emigraron a tierras del sur para asentarse y de ahí la consanguineidad entre ambas tierras que distan cientos de kilómetros.

En el salón de pleno, presidido por el pendón, tomó la palabra en primer lugar Hermenegildo López, abad de la Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro, para recordar esos vínculos históricos.

Tras él, la alcaldesa baezana, quiso poner de manifiesto la «sangre leonesa que corre por las venas de las familias baezanas desde los siglos medievales, lazos que clamaban por un hermanamiento entre nuestras dos ciudades, por lo que como suele decirse, nobleza obliga».

Desde este 29 de abril de 2017, tras haber sido aprobado en pleno de León el 31 de marzo y en pleno de Baeza el 3 de abril; León, ciudad imperial y urbe regia y Baeza han estrechado, casi 900 años después, sus uniones.

Esos lazos potenciarán el turismo para «entrelazar las historias de nuestras dos ciudades para que nuestro pasado sea garantía de futuro», explicó la primera edil andaluza. «En Baeza tenemos una calle bajo el nombre de Reino de León y en León otra con el nombre de Pendón de Baza», recordó también durante su intervención como ejemplo de vínculos. «Queremos estrechar vuestra mano, amigos de León».

El último en tomar la palabra fue el alcalde de León, Antonio Silván, que puso de manifiesto la «relación fraternal» entre ambas ciudades que había nacido «en el pasado y en el presente entre las gentes de ambas ciudades, reflejada en la presencia secular de leoneses en Baeza y baezanos en León»

El regidor leonés hizo, igualmente, hincapié en las motivaciones de un hermanamiento que fomente «el mutuo conocimiento, el intercambio de lazos culturales y la intensificación de relaciones comerciales». Y finalizó dando gracias a la Muy Ilustre, Real e Imperial Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro «que hoy suma un nuevo reglón a su extensa hoja de servicios a la ciudad y a San Isidoro habiendo auspiciado este hermanamiento».

Tras los discursos protocolarios, los alcaldes de ambas ciudades han formalizado su hermanamiento y, posteriormente, el abad de la cofradía entregó unos pergaminos que los tres firmaron para refrendar su compromiso y sus históricos vínculos.

Antonio Silván hizo entrega a María Dolores Marín de una insignia del león de Alfonso IX, un libro sobre la historia de San Marcos y una réplica de los Decreta, documento que señala a la ciudad como cuna del parlamentarismo. Por su parte, la alcaldesa baezana regaló al leonés una botella de aceite de oliva, una moneda acuñada y un libro de historia de la ciudad.

El intercambio de presentes dio paso a los himnos de Baeza y León que resonaron para poner de manifiesto un hermanamiento entre dos ciudades que han recuperado con este acto parte de su historia.

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