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Las heridas de la plaza

Las heridas de la plaza

Uno de los responsables de la última rehabilitación de la Plaza del Grano, José Andrés Seoane, compate la necesidad de su recuperación por el mal estado que presenta, pero «utilizando tierra y cal como base» y rechazando «que se aplique hormigón»

J.C.

Martes, 7 de febrero 2017, 18:47

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El 'viaje' al interior de la Plaza del Grano es muy recomendable. Tanto, que permite ver dos aspectos determinantes: la grandiosidad de este punto de la capital y las 'heridas' y el castigo que se le han infringido con el paso del tiempo.

La plaza presenta daños 'estructurales' que precisan de una intervención urgente. Es la herida que provoca el paso del tiempo porque tras su última rehabilitación, a finales de los años 80, hubo un compromiso para crear una brigada que se ocupara de unas tareas que jamás se acometieron.

«Eran los tiempos de Juan Morano como alcalde y aquel compromiso de cuidar la plaza jamás se cumplió. De allí viene todo esto», recuerda hoy José Andrés Seoane quien junto con su hermano Pelayo realizaron la recuperación integral.

Pegotes de cemento

Entonces reacondicionaron todo el recubrimiento y perfilaron, manteniendo el diseño original, la estructura que aún hoy es visible. «Fue un trabajo meticuloso, al detalle, intentando respetar la historia de la propia plaza».

En la base de la plaza hay hoy pegotes de cemento sobre los cuales se tiraron piedras de canto rodado como quien lanza un dado en el parchís. Así quedaron, «cada una puesta como les ha dado la gana». Y no es lo único. Por los laterales se acometieron entradas de gas y por el centro se instalaron registros, pero nadie respetó la historia y la solana. «Y así está todo», remarca José Andrés Seoane.

Rehabilitar la plaza del Grano es por lo tanto una realidad que debe acometerse de forma urgente, concluye. Una realidad visible al ver el estado que presenta la plaza, con pérdida de parte de su solana y con piezas de canto rodado que hay que recuperar.

El futuro

Eso sí, para quienes entonces trabajaron en este suelo no es necesario acometer una gran obra ni introducir hormigón como elemento base. La apuesta debe hacerse por la tierra y la cal, según remarca este experto.

Sólo así se mantendrá el verde que se asoma entre las piedras y se podrá seguir apreciando la visión histórica que se intentó preservar en aquella restauración de hace tres décadas.

A la espera de conocer el futuro de la plaza del Grano la realidad es que, pese a contar con todas las bendiciones legales, incluidas las de Patrimonio, la rehabilitación sigue dividiendo a una parte de los leoneses.

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