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Martes, 24 de enero 2017, 15:52
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Ni las vallas, ni las medidas de protección, ni la alerta previa han impedido que este lunes, en el inicio del juicio por el crimen de Roberto Larralde, familiares del fallecido hayan agredido de forma reiterada a la principal acusada por este caso, Miriam Caballero Jiménez.
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Ha sido en el inicio de la sesión de tarde, primera del juicio por el crimen, cuando un grupo de una treintena de familiares se han acercado hasta la Audiencia Provincial de León.
Allí, en el momento de la llegada de Miriam Caballero, se han abalanzado sobre la acusada (actualmente en libertad y bajo protección policial) a la que han golpeado y a la que se ha insultado de forma reiterada.
Los agentes de la Policía Nacional han tenido que esgrimir sus defensas para proceder a controlar la situación introduciendo finalmente a la acusada en la Audiencia.
Durante el forcejeo con los familiares de la víctima Miriam Caballero ha recibido diferentes golpes pese a la presencia policial. La mujer del boxeador en el momento del crimen no se ha amilanado y ha intentado repeler la agresión, todo ello mientras otros familiares supraban con facilidad el perímetro de seguridad y llegaban hasta el lugar.
Tras los momentos de tensión y ya en el interior de la Aduencia el letrado defensor de la acusada ha asegurada que presentará una denuncia por lo sucedido.
Los familiares de Roberto Larralde también han cargado de forma verbal contra la prensa.
El tibio despliegue policial se encomendó a unas cuantas vallas metálicas visiblemente insuficientes para frenar la rabia de cerca de medio centenar de miembros del 'clan Larralde'. De una forma incomprensible, sin que nadie pareciera hacer nada, miembros de la familia alcanzaron a la acusada y la agredieron golpeándola en primer término y tirándola de su melena a continuación. «Si hubieran querido, la habrían matado sin problemas», se aseguraba minutos más tarde.
Miriam Caballero Jiménez, a quien la Fiscalía y la acusación particular pide una pena entre veintitrés y veinticinco años por asesinato con agravante de parentesco, se encuentra desde hace meses bajo protección policial por temor a ser víctima de una agresión que termine por su vida.
Da comienzo el juicio oral
Superado el 'susto' inicial el juicio por el crimen de Roberto Larralde pudo comenzar en la sala principal de la Audiencia Principal con la lectura de calificaciones. Nada nuevo entre acusación y defensa, salvo el lamento conjunto por los incidentes acontecidos a las puertas de la Audiencia.
La discrepancia entre Ministerio Público y acusación subyace en el delito que recae sobre Antonio Gabarri y Adrián Martínez, para los que el primero sólo pide tenencia ilícita de armas y el segundo solicita la complicidad de ambos para urdir el plan.
Para la acusación es un crimen forjado en una trama que lo planificó de forma meticulosa. La familia Larralde, asegura el mediático García Montes, pide «justicia y no venganza». En la defensa, se quiso insistir en la presunción de inocencia de los encausados y, en cierta medida, se buscó criminalizar a la víctima y a la familia de ésta.
El abogado de Julio López reconoció que el miedo que había sentido al entrar en la Audiencia Provincial «le hizo dudar entre renunciar a la defensa o no». También señalaron la «contaminación mediática» a la que se ha visto sometida el juicio. Por su parte, el letrado de José Ramón Vega destacó lo complicado de elegir un jurado, en el que hubo que recurrir a 60 personas para conseguir nueve y dos suplentes, por las diferentes escusas que imprimían los seleccionados.
Ambos alegatos de los acusados que se encuentran privados de libertad, contaron con el denominador común de la distancia a la que se encuentran sus defendidos «por miedo a represalias y el riesgo que corren en Mansilla de las Mulas».
El fiscal del caso, Juan José del Río Herrera, destacó en su alegato el asesinato de «un buen esposo y buen padre, una persona normal» que no tuvo ni la opción de defenderse ante un crimen «repugnante, pasional, con alevosía y a traición», como sostenía el abogado de Larralde.
El último en intervenir en esta sesión, que tuvo que ser aplazada por falta de tiempo, fue la defensa del detective Froilán Álvarez, al que se acusa de asesinato, y que lamentaba una investigación «chapucera» en la que se ha buscado una «cabeza de turco» que ha acabó siendo su cliente.
Los alegatos continuarán este mismo martes, tomando la palabra el letrado de Miriam Caballero, el de Antonio Gabarri y el de Adrián Martínez. Una vez concluido este punto comenzarán a dar declaración los acusados por el presunto asesinato de Roberto Larralde.
Un crimen atroz
El juicio por la muerte de Roberto Larralde, ocurrida el 13 de septiembre de 2014 cuando recibió un disparo en la cabeza en un descampado próximo a la capital leonesa, suma una mezcla de explosivos ingredientes.
El atroz crimen es el resultado de una historia labrada en los bajos fondos de la propia ciudad. La historia entremezcla, como si de una trenza se tratara, maltratos, celos, un amante que niega estar enamorado de su pareja, un toxicómano, un detective acusado de servir como asesor para perfilar un imperfecto crimen perfecto. Y así hasta un total de siete acusados que desde este lunes se han comenzado a sentar en el banquillo de la Audiencia Provincial de León.
A todo ello se suma la propia familia de la víctima, sobradamente conocida por la Policía de León, implicada en múltiples causas penales y dispuesta a exigir «justicia» hasta el final, en el más amplio sentido de la palabra.
Tal cúmulo de circunstancias se vieron reflejadas ayer en la antesala de la lectura en sala de los escritos de calificación de las partes y alegaciones previas.
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