Actuó a primera hora de la mañana y a cara descubierta. Por su edad y apariencia no infundió sospecha alguna al empleado que aquel 4 de diciembre de 2015 se encontraba en la oficina de Liberbank de Figaredo (Mieres). Aquel hombre corpulento, de pelo y perilla canosos y unos 50 años se dirigió al mostrador, colocó sobre él un maletín negro y, en tono suave, le dijo al cajero: «No te pongas nervioso, no pulses ningún botón, tengo una pistola. Esto es un atraco y, si quieres comer el turrón, dame el dinero». A continuación, sacó una bolsa con lo que parecía ser una pistola en su interior y la colocó debajo del maletín. El empleado obedeció y le dio todo el dinero del que disponía: poco más de 500 euros. El atracador lo tomó y, tranquilo, se encaminó hacia la salida. Allí se cruzó con una clienta que en ese momento accedía a la entidad, pero que no se percató da nada de lo ocurrido ya que, aseguró, él «salía normal, sin apurarse, y solo me enteré cuando me lo dijo el empleado».
La Guardia Civil acudió a los pocos minutos, pero no consiguió localizar al autor del atraco. Se supone que tenía un vehículo aparcado cerca de la oficina bancaria y que huyó en él, aprovechando además la cercanía de la A-66 a esta localidad.
Han pasado once meses hasta que han podido dar con él. Se trata de un leonés de 64 años que fue detenido el pasado día 4 tras cometer otro asalto en Palencia. Ya está en prisión por orden del juez, que le considera autor de sendos delitos de robo con violencia e intimidación.
Temas
Noticias relacionadas