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Las farolas de la calle Ancha encendidas a las seis de la tarde.
¡Vaya lío con la hora!

¡Vaya lío con la hora!

El cambio de hora, retrasar los relojes y que anochezca más temprano no acaba de convencer a los leoneses que prefieren el horario veraniego para poder disfrutar más tiempo del sol a lo largo de la jornada

r.fariñas

Domingo, 30 de octubre 2016, 20:55

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¿A las dos son las tres o a las tres son las dos?, ¿cuándo se cambia la hora?, ¿ahora se atrasa o se adelanta? Todas esas preguntas aparecen año tras año cuando se acerca la fecha tan temida para todos.

Apenas las seis de la tarde y en la calle Ancha ya está anocheciendo.

Vaya lío con lo del cambio de hora, algo que parece no convencer a nadie y que todos los años se repite en el último fin de semana de octubre.

Los viandantes creen que la cosa se recrudece con la llegada del invierno, cuando los días son más cortos y la luz solar desaparece a partir de las cinco de la tarde.

«El horario de verano se aprovecha más, por el terraceo y todo eso», señala un hombre que camina bajo las luminosas.

Las farolas encendidas desde muy pronto, el sueño trastocado durante todo el día. Es el particular jet-lag que se repite cada año y al que no nos acabamos de acostumbrar.

No importa a la franja de edad que preguntes, la mayoría de las personas son contrarias a estos cambios horarios. «No nos beneficia, nos acostaremos a la misma hora, saldremos de clase a la misma hora y ahora estaremos sin luz, eso es lo único que cambio», se lamenta un joven que disfruta del domingo junto a su grupo de amigos.

Y eso que con la era digital nos lo han puesto más fácil, pero cuando nos cruzamos con el mundo analógico toca retrasar la hora de forma manual y a alguno siempre se le olvida.

Los leoneses tienen muchas dudas sobre la eficiencia energética de la que se habla desde las altas esferas de Bruselas y la cual motiva este cambio horario.

«A las 18:00 horas hay que encender la luz de despachos y demás y hasta las 20:00 horas no nos vamos para casa», denuncia una de las muchas personas que no se muestran conformes con el cambio. «Yo no lo entiendo; en Suiza o Alemania que a las 17:00 horas están en casa sí, pero aquí, en España, hacemos mucha vida en la calle».

Lo que está claro es que el retrasar una hora los relojes no convence a nadie y, al final, como bien canta Joaquín Sabina, nos seguirán dando las diez y las once, las doce y la una por mucho que cambie la hora.

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