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Cumplir 50 siendo joven

Cumplir 50 siendo joven

Medio siglo contempla al edificio en el que se ubica el Instituto Padre Isla en la Avenida Facultad de Veterinaria | Una construcción con solera que afronta los retos de futuro tratando de liderar la educación leonesa haciendo bandera de la química

n. barrio

Sábado, 22 de octubre 2016, 12:55

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Era un día de gala, de los de pompa y boato. Era el León de los sesenta, una capital que aún vivía en el letargo franquista y en la que todavía habría que esperar unos cuantos años para respirar ciertos aires de libertad. Hasta el edificio de la Avenida Facultad de Veterinaria llegaron autoridades acedémicas, políticas y eclesiásticas. No faltó el gobernador civil, el obispo Almarcha y tantos otros que pusieron de relieve la cita. Inauguraban el nuevo edificio donde ubicar el Instituto Padre Isla, todo un acontecimiento recogido en las crónicas de aquel tiempo.

Este centro educativo, que ha sido el único instituto provincial de León durante un gran número de años, cumple en en 2016 el medio siglo de existencia en la Avenida. Un hito notable en el mundo de la educación del viejo reino, como reconoce el profesor de Historia Pedro Víctor Fernández: «Ahora seguimos como un insituto más, aunque con unas señas de identidad y un pasado histórico muchísimo más rica que cualquier otro instituto».

Hablar del Padre Isla es hablar de una institución en la sociedad leonesa. Un centro educativo que comenzó en el edifico del Seminario Conciliar de San Froilán, en la Plaza de la Regla, para pasar por el Convento de San Marcos, el Corral de Villapérez y la Calle Ramón y Cajal.

El inaugurado en 1966 es sin duda un edificio puntero. Uno de los secretos del instituto de la avenida Facultad de Veterinaria es la antigua biblioteca, que con auténtica pasión enseña el profesor . «Este es el lugar más recoleto, aquí la prisa y los timbres no funcionan, es el testimonio de dónde venimos, que no es de la nada». En las viejas estanterías reposan 4.000 libros de las distintas ramas del saber, con un pedigrí que va del siglo XVI al XIX.

De aquellos leoneses que comenzaron a utilizar el edificio poco queda. El alumno ha evolucionado, pasando a ser «más urbano», y las demandas ya no son las mismas. La Lomce manda y deja poco lugar a optativas o a la creatividad del profesor. De hecho, aquella entrañable optativa que daba uso al observatorio del patio ha visto su fin, en un recuerdo que seguro queda en la memoria de muchos de sus alumnos con inquietudes astronómicas.

Contando con el famoso observatorio en el patio, el Instituto estaba diseñado para 1.600 alumnos repartidos en cuarenta grupos. Obra del arquitecto leonés Miguel Martín Granizo, fue edificado con un presupuesto de unos treinta millones de pesetas. Contando con laboratorios y salón de actos, el Padre Isla guarda en su interior hasta un incunable de la suma teológica de Santo Tomás, fechado en Venecia en 1497. Esto tiene una razón de ser, ya que la actividad lectora centra los esfuerzos de los lectores.

Ahora, una vez cumplido el medio siglo, toca planear los próximos años. Confiando en la familia química para ofrecer módulos de grado medio y superior, el Padre Isla mira al horizonte con confianza. «El futuro está en ser los mejores dentro del mapa de institutos». Como bandera de calidad, el Instituto defiende la familia química, ubicada en un anexo de nueva creacion, en el que se imparten módulos de grado medio y superior.

No son pocos los que pasan a ver sus antiguos expedientes académicos en una mezcla de nostalgia y ternura. Y es que el Padre Isla cumple 50 años, en los que ha hecho de la educación la casa de tantos y tantos leoneses.

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