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A. Cubillas
Martes, 22 de marzo 2016, 20:30
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Desearía ser protagonista de la televisiva serie del Ministerio del Tiempo para transportarse y vivir en primera persona la visita de Barack Obama a su Cuba añorada donde «se está escribiendo uno de los capítulos grandes de su historia. Es el sueño de Marta Fredereick Wilson, cubana de nacimiento, leonesa de corazón, que hace 23 años llegó por amor a la capital, donde ha formado una familia.
Abogada de profesión y presidenta de la Colonia Cubana leonesa, Marta ha vivido con «intensidad y expectación la llegada a la Habana 88 años después de un presidente de Estados Unidos, «su enemigo histórico. Pero sobre todo, con «mucha esperanza. Tras la apertura de las embajadas en los respectivos países, esta cubana entendía que el encuentro era el siguiente paso que confirmaría la normalización de las relaciones entre USA y Cuba, la confirmación de la apertura económica que «será muy beneficioso tanto para los que viven allí como para los más de dos millones de cubanos que estamos fuera.
De ahí que se muestre cargada de optimismo ante un futuro. Aunque no a corto plazo. «Entiendo que a partir de ahora se normalizarán las relaciones, siembre bajo el respeto mutuo, sin imposición alguna que no llevan a ninguna parte. Todo lleva su tiempo y aquí no va a ser distinto. No va a ser de un día para otro pero estoy segura de que estamos ante una noticia histórica y que marcará un antes y un después.
Una noticia que ha compartido con diferentes cubanos que residente en León, donde se ha seguido con «mucha expectación y de alegría. Hasta hace bien poco era impensable ver esa imagen, vivir este momento. Lo vivido es un mensaje de esperanza porque además en los tiempos que vivimos es necesario que se reestablezcan las relaciones económicas y políticas de Cuba con el resto del mundo.
También con su familia, allá en la Habana Vieja, el mismo rincón que Obama eligió para pasear en su primer día de viaje a Cuba, que está viviendo esta cita histórica con «mucha intensidad. Tenemos envidia y añoranza por no compartir y vivir en vivo y directo este momento que pasará a la historia. Desearía transpórtame en el tiempo y sentir en primera persona la emoción que siente hoy mi familia».
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