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Domingo, 11 de diciembre 2016, 10:58
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Hace ya cinco años que dejó de ser presidente del Gobierno, pero José Luis Rodríguez Zapatero conserva ese halo del que ha tenido poder y aún manda aunque no tenga cetro. El socialista llegó a La Bañeza entre el gentío, saludando a los centenares de socialistas que se dieron cita en las calles de la ciudad y en el Teatro Municipal. Rotundo entró en el complejo y escuchó una a una las intervenciones de los alcaldes socialistas de la provincia de León en el homenaje brindado por el PSOE. Hasta que llegó su turno.
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Tras prestar atención a lo que los regidores expusieron, Zapatero quiso empezar marcando el ritmo. «Este es un acto en el que todos debemos contener las emociones y el orgullo, porque los recuerdos y sentimientos afloran con fuerza imparable. Es un orgullo legitimo que hay que contener, porque nuestra lengua es la humildad, que es el patrimonio de la gente común».
Así, de forma velada, el expresidente exaltaba la labor callada de muchos alcaldes socialistas que gobiernan o han gobernado en los consistorios leoneses, dejando un pequeño recado a aquellos que en su exposición de motivos abusaron del personalismo.
No tardó Zapatero en desgranar el centro de su discurso. «Estos son momentos en los que parece que preocupa el tiempo, pero lo que de verdad importa es el espacio. Las universidades han pervivido por cultivar la reflexión y el espacio, el discurso y no la arenga».
Lo mejor está por llegar
Consciente del momento por el que pasa el Partido Socialista, el expresidente leonés motivó a la concurrencia: «Tenemos un pasado orgulloso y tenemos futuro, sin duda». En este sentido, ofreció vagos trazos sobre por dónde van a discurrir los derroteros socialistas: «El socialismo es un tránsito entre nostalgia y esperanza. Vamos a estar muy bien a partir del Congreso, que nos llevará de nuevo a ser mayoría social». Sobre el futurible éxito del PSOE en las elecciones venideras, Rodríguez Zapatero cifró la fórmula en «explicar lo que sentimos, porque no podemos ganar si no nos ven con ganas de ganar».
Volvió al lugar del origen, la humildad, en el momento en que expuso que en el homenaje a los alcaldes socialistas (idea de su cosecha, como había señalado anteriormente el secretario general del PSOE de León, Tino Rodríguez) «no hemos dado diplomas ni medallas porque no es nuestro estilo».
A dos bandas
El discurso de Zapatero, más cercano al mitin electoral que al del comienzo de una legislatura, no obvió la mención a las fuerzas políticas contrarias que ocupan el hemiciclo. Dejando a un lado a Ciudadanos, para los que no hubo ningún tipo de mención, el expresidente apuntó que «a algunos les falta corazón y a otros cabeza, pero nosotros tenemos bien de los dos». En esta línea, José Luis Rodríguez Zapatero redundó en «seguir diferenciándonos del PP, que no necesita excusas para hacer recortes» huyendo de la «postverdad y la postdemocracia oportunista».
Trump y la Dependencia
También hubo tiempo de recordar el resultado de las últimas elecciones presidenciales en Estados Unidos. «Estaréis pensando en el presidente Trump, pero nosotros tenemos experiencia y entrenamiento, si le tenemos que hacer la oposición a un presidente de Estados Unidos sabemos hacérsela».
Felicitándose del décimo aniversario de la Ley de Dependencia y dando las gracias al PSOE por «parar la Lomce», Zapatero alentó a los socialistas asegurando que será la fuerza «que más elecciones ha ganado y ganará en España».
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