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Imagen de uno de los investigadores en el lugar del ataque.
Un muerto en un apuñalamiento múltiple al grito de «Alá es grande» en Múnich

Un muerto en un apuñalamiento múltiple al grito de «Alá es grande» en Múnich

Es probable que el detenido, un alemán de 27 años sin antecedentes policiales, tenga problemas psiquiátricos y de drogadicción

COLPISA / AGENCIAs

Martes, 10 de mayo 2016, 08:37

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Un joven alemán de 27 años ha sido detenido tras apuñalar al grito de "Alá es grande" a cuatro personas, una de las cuales ha muerto por las heridas sufridas, en una estación de tren de la localidad de Ebersberg, situada al este de Múnich, según han informado los diarios 'Der Spiegel' y 'Süddeutsche Zeitung'.

El ataque ha sucedido a las 4.50 horas de la madrugada en la estación S-Bahn (trenes interurbanos) de Grafing, pequeña localidad al este de Múnich, que ha sido clausurada temporalmente. "La estación es el lugar de un crimen y, por tanto, debe ser analizada", ha contado un portavoz de la Policía de Baviera. Una de las víctimas, un hombre de unos 50 años, ha fallecido como consecuencia de las heridas. Los heridos tienen 58, 43 y 55 años, respectivamente.

El director de lo Criminal en la Policía de Baviera, Lothar Köhler, ha confirmado en rueda de prensa que el atacante no tiene antecedentes policiales y que las fuerzas de seguridad no tienen información de que tenga lazo alguno con "salafistas" o "islamistas", o que se haya radicalizado a través de internet. Por su parte, la vicepresidenta de la Oficina de Investigación Criminal (LKA) de Baviera, Petra Sandles, ha indicado en esta comparecencia que las autoridades tampoco tienen constancia de que el joven perteneciese a alguna red islamista.

Köhler ha explicado que resulta muy difícil establecer los motivos que llevaron al agresor a perpetrar su ataque, ya que da la "impresión" de padecer problemas psicológicos al ser interrogado por la policía. Por el momento no hay ninguna "explicación definitiva" de los hechos, ha afirmado Köhler, que ha agregado que aún debe aclararse "si había una motivación política" detrás del ataque, después de que testigos indicaran que el joven gritó "Alá es grande" en la estación de tren. El hombre, un alemán originario de Hesse, carpintero parado desde hace dos años, no era de "origen inmigrante". Otro portavoz ha asegurado que el individuo "no era muy cooperativo".

El fiscal superior de Múnich, Ken Heidenreich, ha indicado que se está intentando establecer las condiciones mentales del arrestado para decidir si se le ingresa en prisión o en un centro psiquiátrico. El joven alemán fue tratado puntualmente el pasado domingo en un hospital de Hesse (oeste de Alemania) por problemas psiquiátricos, después de que la policía de Hesse detectase en él un comportamiento extraño, ha añadido Köhler. Heidenreich ha indicado asimismo que por el momento se desconoce si el atacante se encontraba bajo los efectos de algún estupefaciente.

Tercera agresión desde septiembre

De confirmarse el móvil islamista del ataque, sería la tercera agresión de este tipo en el país desde septiembre. Los dos precedentes fueron contra policías. En agosto de 2015, el grupo yihadista Estado Islámico (EI) había llamado a cometer ataques con cuchillo en Alemania. A finales de marzo pasado, una germano-marroquí de 15 años hirió gravemente a un policía en la estación de Hanóver durante un control rutinario. Según la prensa alemana, la adolescente había estado en la frontera turco-siria, antes de que su madre, preocupada por su radicalización, fuera a buscarla y la trajera de vuelta a Alemania.

En septiembre del año pasado, la policía mató a un iraquí de 41 años que había herido con un cuchillo a una agente en Berlín. El agresor se encontraba en libertad condicional tras haber purgado una pena por pertenencia a una organización "terrorista" y un proyecto de atentado contra un primer ministro iraquí en 2004. En este caso, el arma utilizada por el agresor, Rafik Youssef, fue también un cuchillo.

Alemania no se ha visto afectada hasta ahora por un atentado yihadista de magnitud, contrariamente a sus vecinos francés y belga, pero dos combatientes de habla alemana, que reivindicaron su pertenencia al grupo EI en Siria, han amenazado el país y a la canciller Angela Merkel en agosto de 2015. Ambos llamaban a sus "hermanos y hermanas" a cometer atentados solitarios "con cuchillo" contra los "infieles". Habían jurado vengarse del apoyo alemán a la lucha contra el EI y a la presencia del ejército alemán en Afganistán.

Desde los atentados del 13 de noviembre 2015 en Paris, las autoridades alemanas han indicado varias veces que también Alemania era un objetivo para los yihadistas, especialmente los que retornan de Siria o Irak, y tienen entrenamiento para el combate. Según fuentes de seguridad interior, unas 740 personas han dejado Alemania para sumarse a grupos yihadistas en Siria o Irak. Una tercera parte de ellos han regresado. Unos 120 resultaron muertos.

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