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Juan Martín Guevara, en la Casa de América.
«La figura del Che sirve, por lo tanto es negocio»

«La figura del Che sirve, por lo tanto es negocio»

«Creo que mi hermano suscribiría una derrota en función de la defensa de los intereses del capital», reconoce Juan Martín Guevara sobre la simbología del guerrillero que murió hace 50 años

Javier Bragado

Sábado, 22 de abril 2017, 01:41

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«Ernesto era mi hermano de sangre y el Che mi compañero de ideas», avisa Juan Martín Guevara. No es fácil para el menor de una familia de la que salió un guerrillero eterno construir un relato sobre el primogénito porque se mezcla lo pasional con el pensamiento. «Mi militancia en todo caso es trasladar esto, no tanto lo del hermano, que es un medio para humanizar para decir que era un hombre, que no nació Che», señala con hablar pausado el heredero de 74 años que sufrió con mayor crueldad los calabozos de la dictadura argentina por su apellido.

Aunque Ernesto se marchó «a las Américas» cuando Juan Martín tenía 10 años, el menor es capaz de trazar una línea entre su procedencia y el legado del símbolo de la lucha contras las injusticias sociales en el siglo XX. «Venimos de una familia en la que la riqueza cultural, la lectura, la profundización y la difusión y el debate era fundamental. Pocas cosas eran indiscutibles. Te puedo decir que no si mi vieja me decía 'Andá a comprar la leche', pero después me acuerdo de discusiones de venir de la escuela y decir que la profe estaba equivocada. No había Internet ni Google y había que mirar en las enciclopedias para decirle a la profe. Era una cosa de constante aprendizaje, de constante profundización, de mucho respeto también por la cultura, por la sabiduría y por los libros. Ahí creció tanto él como mis hermanos», ilustra Juan Martín sobre el guerrillero que desde Rosario (Argentina) recorrió Latinoamérica y parte de África después de leer a Lenin, Stalin, Nietzsche, Bertrand Rusell o H. G. Wells. «Evidentemente, no era una familia normal. De clase media. Proletarios no eran, obreros no eran. Era una familia particular y de una familia poco normal salió este personaje bastante más anormal que el común de la gente», redondea con su verbo largo sobre 'Ernestito'.

El 9 de octubre 2017 se cumplirán 50 años de la ejecución de Ernesto Guevara en Bolivia y cinco décadas después su hermano ha querido reivindicar su legado y su pensamiento a través del libro escrito por la periodista francesa Armelle Vincent 'Mi hermano el Che' (Alianza). Primero se publicó en francés y luego se extendió a numerosos idiomas porque el médico que eligió ser militar siempre resultó un personaje interesante, ya fuera por sus admiradores como por sus detractores. «El Che es una figura universal y el que tomé la responsabilidad de exponerla produce algo que no medí. Cualquier escritor podría estar muy contento de estar traducido a dos o tres idiomas», aclara para restar importancia a la popularidad creciente de su libro antes de dar una charla en la Casa de América en Madrid sobre los mismos asuntos.

Juan Martín reflexiona sobre la contradicción de que la simbología haya sido absorbida por el sistema adversario del Che. La cara de su hermano aparece idealizada e inmortalizada en toda clase de prendas, banderas y elementos para su venta. «Está ese intento de mediatizar la figura del Che, de rizarla, de hacerle un Cristo, cualquier cosa que no sugiera ni sea referente ni te esté interpelando. A la vez, el capitalismo es comercio, es negocio. Nadie hace comercio con lo que no sirve. La figura del Che sirve, por lo tanto es negocio», teoriza Juan Martín. «Entonces mi pregunta es: '¿por qué hay un mercado que compra? ¿por qué alguien quiere tener esta imagen? ¿por qué a pesar de haber querido eliminar esta imagen no la han podido eliminar? ¿y por qué hay un sustrato social que lo sigue levantando? ¿y por qué hay jóvenes que se siguen tatuando su cara?'», cuestiona para observar la aparente contradicción. Finalmente, concede la pérdida: «Que el capitalismo lo quiere convertir en dinero es así, que va a tratar de que no sea un referente y un interperlador es así. Eso va en función de la defensa de los intereses del capital, está claro que va a ser así, pero creo que él suscribiría una derrota».

Cuba

La última línea de discusión es la que emparenta al Che con Cuba, el lugar en el que triunfó la 'Revolución de los Barbudos' con los hermanos Castro. Pero Ernesto tardó en recibir el reconocimiento de sus antiguos compañeros. «Fidel como dirigente no ha sido realmente alguien que haya dicho nuestras equivocaciones son éstas o mi equivocación es ésta. Tal vez la autocrítica no ha sido muy clara, pero en el 87 él hace una serie de apreciaciones revindicando el discurso del Che. ¿Por qué en el 87 y no en el 67 que es asesinado?, ¿por qué 20 años después? ¿Qué pasaba en ese momento? Hay una reconsideración del gobierno cubano que tiene que ver con que la Unión Soviética va a caer y la situación es otra. El primer signo de no dependencia fue en el 87 hablando del Che», argumenta Juan Martín.

No obstante, para el menor de los Guevara la trayectoria que ha tomado la isla caribeña no es la que hubiera deseado su hermano ni él mismo: «El mundo no está bien, por eso el tema de reivindicación y contextualización del pensamiento de Che. Y Cuba tampoco. Ellos resisten en algo que lograron hacer, algo que no tiene que ver solamente con un espíritu como el pueblo cubano, sino por algo que le dio la revolución: la organización, la solidaridad... Que Cuba viene para atrás, sí. Cada vez el mercantilismo está más fuerte. Hoy va para ese lado porque el mundo va para ese lado. Es lo que creo de Cuba aunque a Cuba no le gusta que lo diga así».

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