Lo más acertado es reubicar al niño en el día a día. Dos semanas antes de empezar las clases es bueno que los niños vayan haciendo deberes y cuadernillos para que el cambio no sea tan brusco y se introduzcan con facilidad en la rutina del año. Un poco de lectura y juegos que supongan un aprendizaje es ideal para los días previos al primer día de clase.
Planificar de nuevo los horarios es lo mejor que se puede hacer. No es adecuado que hasta el día de antes de comenzar el curso los niños se sigan despertando tarde para luego, de un día para otro, encontrarse cara a cara con un madrugón. Hay que ir asumiendo responsabilidades de nuevo y cambiar las rutinas: la hora de ir a la cama debe ir asemejándose a la del periodo escolar, los horarios en las comidas y cenas también y el tiempo de ocio y de videojuegos se tiene que complementar con tareas que activen al niño y le inviten a ser más responsable con él mismo y con los demás.
A los niños les encanta pasar el día entero metidos en el agua, ya sea en la playa y en la piscina. Aunque el buen tiempo siga acompañando, es bueno que esas largas jornadas vayan reduciéndose para dar paso a ratitos en el parque y momentos de bicicleta. Y si es con los amigos del colegio mejor, para que juntos vayan reencontrándose con la idea de retomar las clases porque, ¿qué mejor que con los compañeros de viaje?
Es muy recomendable que con antelación se planifiquen las actividades extraescolares de los más pequeños. A partir de los 5 años los niños ya saben lo que les gusta y lo mejor es hablarlo con ellos para que muestren su preferencia. Las actividades después de clase sirven para que el niño desconecte a la vez que hace ejercicio y socializa de una manera diferente, por lo que la elección le pertenece. Si se da el caso de que no quiere ni fútbol, judo o tenis, no importa, ya habrá tiempo para liberar tensiones. Es muy importante saber que no todos los niños se sienten contentos pasando tanto tiempo fuera de casa y alejados de los padres.
Para ahorrar y no ir en picado a un gasto innecesario, lo mejor es hacer un recuento del material escolar y ver qué cosas son realmente necesarias. No es importante que estrenen estuches y mochilas todos los años y los lapiceros de años anteriores quizá puedan apurarse un poco más. Además, lo mejor es ir comprando poco a poco los libros y el resto de material para que el gasto se divida y no pese tanto. Si la compra anticipada no se ha podido hacer, hay que emprender la búsqueda de aquellas tiendas y papelerías que tengan buenos precios. En muchas ocasiones se recurre a las grandes superficies por la falta de tiempo y comodidad pero el bolsillo se acaba resintiendo.
Con tiempo y energía la vuelta al periodo escolar se hará más llevadera. Siempre hay que recordar que si para los mayores el fin de las vacaciones supone un esfuerzo mental importante, para los niños más, ya que ellos no saben lidiar con ciertas situaciones y necesitan que los padres guíen su camino. Hay que responsabilizarse juntos y emprender las rutinas de una manera planificada y placentera.