Juicio por el 'caso Carrasco'
JUICIO POR EL 'CASO CARRASCO'
Montserrat González, al entrar a su celda: "Pues esto no está nada mal"
La autora confesa de los disparos muestra una entereza fuera de lo normal / Su hija está destrozada, no deja de llorar y de llamar a su madre "¿Dónde estás mamá?"
A.C.
17/05/2014 (09:02 horas)
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“Bueno, pues esto no está nada mal”. Éstas fueron las primeras palabras de María Montserrat Gonzalez al llegar en la madrugada de este jueves en la celda del módulo de ingresos después de que la juez decretara su ingreso en prisión en incomunicada, sin fianza e incomunicada.

Una frialdad y una entereza casi fuera de lo normal, según apuntan los expertos, que 24 horas después mantiene la autora confesa de los disparos que acabaron con la vida en la tarde del lunes de la presidenta de la Diputación y del PP de León, Isabel Carrasco.

Ningún atisbo de arrepentimiento ni gesto alguno de solicitud de perdón, Montserrat se mantiene fría como un hielo y como dijera ante la el jueza durante las más de ocho horas de declaración, Isabel Carrasco “se lo merecía, la maté y lo volvería a hacer”.

"Ay mamá  ¿Dónde está mi madre?"

Bien distinto es el estado psicológico en el que vive inmersa su hija que, según señalan, está completamente “hecha polvo”. Montserrat Triana parece ser consciente de haberse destrozado la vida y de las graves consecuencias que acarreará sus acciones.

Medicada en buena parte del día ante el estado de nerviosismo permanente en el que vive, Triana no hace otra cosa más que llorar y llamar desconsoladamente a su madre. “Mi madre, ¿dónde está mi madre?”.

Dos caras completamente opuestas la de las dos acusadas por el crimen de Isabel Carrasco a las que, tras ingresar en prisión en la madrugada del jueves y ser sometidas a un reconocimiento médico y psicológico, Prisiones aplicó protocolo de prevención de suicidios.

Acompañadas a sol y sombra

Un protocolo que implica que en ningún instante a lo largo del día las dos acusadas pueden estar solas. De esta forma, a cada una de ellas se les ha asignado una interna de apoyo –presas que han recibido un curso para intervención ante cualquier posible suicidio- y se les ha retirado cualquier objeto –cordones, mecheros, cuchillas...- con el que puedan autolesionarse.

Tras pasar sus primeras horas en el módulo de ingresos, las dos acusadas fueron trasladas a sus respectivas celdas, Triana en el modulo 7 –mixto y de respeto- y Montserrat en el módulo 10 –régimen general y exclusivo de mujeres-. Así, inmersas en dos mundos casi paralelos y acompañados a sol y sombra, madre e hija inician su nueva vida tras los barrotes. 

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