La existencia de diversas pintadas y el deterioro de los morteros que recubrían las paredes ofrecían un aspecto de abandono. El concejal del área, Juan Pablo García Valadés, junto a los responsables de la brigada (el arqueólogo municipal, Victorino García Marcos, y el director del Centro de los Oficios, Alberto Díaz Nogal) revisaron esta popular rinconada del Barrio Húmedo.
Ya fue restaurada en 1927, a instancias del periodista Carmelo Hernández Moro (Lamparilla), que promovió una campaña para recoger donativos y colocar dos faroles, hechos por el maestro hojalatero Santiago Becerril, que copió el modelo del Santo Viático que se usaba en la parroquia de San Martín.
En una de las paredes interiores del soportal hay una hornacina con forma de templete clásico que en su día albergó una imagen del Santo Cristo de la Buena Muerte. La imagen desapareció en 1976, siendo sustituida por una nueva en 1977, que también fue sustraída. Esta hornacina, junto con la de la Inmaculada, situada sobre la escalerilla que da acceso a la Plaza Mayor y la conocida como el Cristo de Fuera, en la iglesia de San Martín, son las únicas que aún se conservan en la ciudad antigua de León.