Fue la primera parte del colofón –luego Marta y Micó, ese dúo catalán que funciona como un bandoneón porteño, como una máquina de hacer desinfectante tristeza, cantaron tangos en el Gran Café- del iluminador congreso FANTASÍA, REALIDAD Y MITO EN LA LITERATURA organizado por la Universidad de León y dirigido por el profesor Juan Matas el cual, como se proponía, nos dejó la mente abierta de par en par y el alma en suspensión.
Son cosas que suceden para ser recordadas.
Es la cultura de verdad.
En efecto en estos tiempos nuestros en los que la carestía promueve el egoísmo cuartelero escuchar a los sabios, como coger el sueño, parece ser algo pasivo pero en realidad es pura acción y, de hecho, se trata de un ejercicio que se hace siempre con las manos.
Ayer escuchamos de hecho con las manos abiertas porque la sabiduría es eso, una ceremonia de la generosidad, un sabio de ojos brillantes como velas de fiesta judía, y con el pelo entrecano como plateado de tanta magia, y con el rostro agitanado de Lorca maduro, como Luis Alberto de Cuenca que nos habla así, abriendo las manos en ofrenda como diciendo sin decirlo: nada pueden ofrecer mis manos que no hayan recibido antes…
La sabiduría, esa mujer fecunda con la tripa en pico, estuvo ayer en León de la mano de Luis Alberto de Cuenca.
Gracias.
Luis Artigue
www.luisartigue.es