Israel, Estados Unidos, Suiza, Dinamarca y Alemania son los cinco países mejor clasificados de un total de 60 en el ranking de capacidad innovadora de sus empresas. Malasia, Suecia, Irlanda, Finlandia y Japón completan la lista de los diez primeros, entre los que figuran cinco países de la UE.
España ocupa el puesto 33. Ello implica una mejora considerable frente al 2012 en el que se situaba en el puesto 44, pero es indudable que no llega al nivel de los países más avanzados. Por detrás de España se sitúan la República Checa (36), Portugal (40), Eslovenia (44), Polonia (45), Grecia (47) y Hungría (48). Los países peor clasificados de la UE son Eslovaquia (54), Rumanía (57), así como Bulgaria (59) y Croacia (60), que son los últimos del ranking internacional.
Sin embargo, según el Barómetro Internacional de Financiación de la Innovación 2013 en Europa realizado por la consultora Alma CG, siete de cada diez empresas españolas aseguran que innovan frecuentemente en sus productos y los procesos de fabricación. Es más, dos de cada tres se consideran innovadoras.
El estudio del IEE, realizado a partir del Anuario de Competitividad 2014 del Institute Managment Development, ha tenido en cuenta la capacidad competidora de los países gracias a sus empresas. Según el IEE, la capacidad innovadora es un valor fundamental de las empresas que hace aumentar la competitividad de una economía por la necesidad de adaptarse a los cambios producidos por la globalización de los mercados.
Así, un país que cuente con compañías que generen nuevos productos, procesos y servicios será más fuerte respecto a sus competidores. Las empresas innovadoras consiguen producir bienes y servicios más competitivos a nivel global.