Opinión
OPINIÓN POR DAVID FERNÁNDEZ
La tercera vía: federar España, un nuevo sin sentido
Disculpándome si alguien lo entiende como ofensivo, sin pretender serlo y, ni mucho menos, queriendo llamar tonto a quien lo propone. Todos tenemos derecho a equivocarnos e, incluso, de vez en cuando, a lanzar alguna propuesta que no tiene ni pies ni cabeza.
17/06/2014
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EL PODER DE LA PALABRA

Tras meses escuchando la propuesta de todos los partidos de izquierdas y de los nacionalistas-independentistas para solucionar lo que ellos llaman “el conflicto territorial de España” o el “encaje territorial de España” mediante la creación de una federación, abordemos este asunto para explicar lo que es y desnudar lo que es una propuesta vacía de quienes están llenos de complejos y no saben cómo solucionar lo que no es más que una deslealtad de los dirigentes nacionalistas.

En primer lugar debemos negar la mayor. El territorio primitivo que siempre ha conformado España desde su unión política, económica y lingüística nunca ha tenido problemas de encajes territoriales hasta que las políticas de lavado de cerebro aplicadas por los partidos independentistas han surtido efecto. Cuarenta años en los que a los niños de determinadas partes de España se les han enseñado una historia irreal y manipulada, donde se les ha incubado un odio visceral hacia todo lo que significa España como nación y a enseñarles a que su propia nación es su mayor enemiga, comienza a dar sus frutos ahora. ¿Culpa de los traidores secesionistas? ¡No! Un traidor es lo que es, no le puedes pedir lealtad. La culpa es de los sucesivos gobiernos de España que han asistido impávidos a la marginación social de la lengua, la historia o la cultura común a todos los españoles en algunos lugares de España. Y así seguimos y sin ánimo de cambiarlo. Como decía, ninguno de los territorios que nuestra Constitución califica como “regiones históricas” cuestionaron nunca ser parte inherente de España. Jamás, ni la población de esas tierras ni sus representantes políticos, manifestaron ni reclamaron secesión alguna. Son innumerables a lo largo de los siglos los personajes de esas regiones que en los ámbitos político, cultural o militar representaron muy dignamente a su país, España, sin que en su obra o acción vital apareciera ningún atisbo de secesionismo o independentismo. Todos ellos tenían un concepto de España como su nación. Todo lo demás son invenciones y manipulaciones de la maquinaria secesionista de estas regiones, que necesitan fabricar independentistas desde niños que luego se convertirían en votantes para seguir en el machito de las instituciones. Este año tenéis buen ejemplo en como la caída de Barcelona en 1714 en la guerra de sucesión española, se vende desde la Generalitat como una guerra de independencia catalana frustrada. Y así todo…

Siguiendo en otra línea de argumentación, la federación se ha realizado históricamente como un proceso de integración, de suma, de varios territorios autónomos o independientes que deciden voluntariamente federarse, unirse, para sumar fuerzas y sinergias y generar un todo mucho más fuerte y poderoso. Pero aquí queremos reinventar la pólvora, y llegan ´grandes líderes` como los de Izquierda Unida o los Madina del PSOE, o Pere Navarro de los socialistas catalanes a proponer un sistema federal para España. España no necesita un modelo federal porque lleva siendo una unidad nacional desde hace quinientos años, donde, entonces sí, diversos territorios de la península ibérica, por diversos acontecimientos, se unieron para crear lo que hoy conocemos como España. Por tanto, la federación de territorios tiene una vocación de unión, no de desintegración, por lo que ya partimos de un error de base a la hora de aplicar este concepto.

Por otro lado, España es, con este modelo diabólico llamado autonomías, más que un estado federal. Ningún estado del mundo federado tiene cedidas tantas competencias y de tan importante calado a los órganos territoriales inferiores. No hay que seguir cayendo en los engaños de los independentistas y desleales nacionalistas. Éstos, en la elaboración de la Constitución, acordaron un sistema autonómico con el objetivo de tener su propio margen de decisión. Vamos, que las oligarquías burguesas de Cataluña y Vascongadas, únicos territorios industrializados de España en aquella época, querían su trozo del pastel y lo querían para ellos solitos. Con el paso del tiempo se ha comprobado no solo la deslealtad de esta gente, sino del hambre insaciable de acaparamiento de poder. Nada nunca ha sido suficiente. Año tras año el estado ha ido cediendo más y más competencias, con las partidas presupuestarias correspondientes hasta dejar al estado prácticamente vacío. ¿Por tanto, es necesario montar un cambio de tal dimensión para satisfacer a quienes nunca lo van a estar? ¿Tenemos que ser los españoles siempre lo que quieran los políticos de un par de regiones de España? ¿Por qué hay que intentar acomodar en la casa común a quienes han demostrado no querer vivir en esa casa? 

La mentira y la sinrazón del modelo federal llega hasta el punto de que en estos modelos, todos los ciudadanos son exactamente iguales y no hay diferenciación de ningún tipo, lo cual es lo lógico en este siglo. Privilegios como el fuero vasco y navarro serían difícilmente explicables en la instauración de un modelo federal. No me imagino a uno de los trece estados primigenios de los EEUU diciendo: eh, yo me uno, pero pago menos y de diferente manera que los demás porque hace ochocientos años yo acordé tal o cual cosa. Es una sinrazón que en un país desarrollado, los ciudadanos de dos regiones de España sigan teniendo privilegios fiscales y económicos sobre el resto de españoles y que éstos no protestemos por ello ferozmente. ¿Acaso si no se puede establecer privilegio por razón de raza o sexo es entendible que se establezca por haber nacido en uno u otro territorio? Es la sinrazón elevada a la enésima potencia. 

Por último, unas preguntas para aquellos defensores del modelo federal: si se instaurase un modelo federal en España, ¿recuperaría el gobierno federal central competencias tan básicas como educación y sanidad para que todos los ciudadanos seamos iguales en lo básico? ¿Se derogarían los fueros de aquellos territorios que tienen privilegios en base a actos de hace cientos de años y que otros territorios también tuvieron y hoy carecen de ellos? Cuándo los insaciables independentistas y nacionalistas sigan protestando y haciendo otra ofensiva por la secesión, ¿qué modelo van a proponer? ¿Vamos a estar cuestionándonos y cambiando el modelo de estado cada cuarenta años al arbitrio de estos indeseables? ¿Se creen estos ilustres ideólogos que habitan en los partidos llamados de izquierdas que este modelo va a acercar más la administración a los ciudadanos y facilitarles la vida o por el contrario va a pasar lo que pasa con las comunidades autónomas que lo que hacen es crear una maquinaria burocrática infernal que nos cuesta a los españoles un montos de millones de euros de nuestros impuestos?

En fin, varias son las razones por las que la propuesta de un modelo federal para España es un perfecto dislate. Por supuesto, que cada cual proponga lo que quiera, pero quienes tienen responsabilidades en partidos con representación pública deberían tener dos dedos de frente a la hora de proponer cambios tan serios como estos, los cuales, si son erróneos, pueden conducir a graves problemas a todos los españoles y a la destrucción del país.

David Fernández Menéndez

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