Cultura
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La JOL convierte en realidad lo que se creía una quimera
Dos conciertos y mucho trabajo hacen del Curso de dirección un referente
Joven Orquesta Leonesa.
Joven Orquesta Leonesa.
Miguel Angel Nepomuceno
13/09/2015 (10:25 horas)
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Aunque todo hacía pensar que la música en León había tocado fondo con la nula actividad en el Auditorio y los leves destellos en otros centros similares, sólo a la espera de la celebración de los dos Festivales anuales: el de Música Española que dará comienzo la semana próxima y el de Órgano que clama, con toda razón, por un mayor apoyo institucional.  

El resto del año, exceptuando la Fundación Eutherpe con su agenda al completo, la actividad musical volvía a convertirse en lo que era a finales de los 70 y los albores de los 80, donde los aficionados a la música culta nos alimentábamos de los conciertos mensuales que generosamente Caja España nos brindaba. Naturalmente sin olvidarnos de nuestras masas corales que con mucha mayor asiduidad llenaban de esperanza los templos parroquiales y los centros cívicos otorgando un atisbo de permanencia a algo que junto a la òpera y la zarzuela eran servidos con parca frecuencia...y ¡ agradecidos! 

Parece que tras el Diluvio las aguas tornan a su cauce y los políticos comienzan a valorar "in situ" la labor de algo que comenzó siendo esa quimera de la que todos hablaban pero pocos conocían y que gracias al esfuerzo y el entusiasmo de muchos jóvenes músicos apoyados por sus padres, la colaboración de los conservatorios y la garantía de contar con maestros de nivel mundial como Bruno Aprea y Joaquín Spriano con la supervisión y el empeño diario de tres docentes de primer nivel como David de la Varga, Raúl Sancho y Jaime Puerta, lo que para muchos parecía el "sueño de una noche de verano" acabó convirtiéndose en esa realidad palpable que durante dos años ya, arranca bravos y cerradas salvas de aplausos a los aficionados que abarrotaron estos dos días el Auditorio Ciudad de León. Y hoy sábado continúan llenando de buena música el auditorio de Ávila donde han sido invitados oficialmente a la espera de alzar el vuelo hacia otras latitudes más lejanas.

Todo ello ha sido conseguido sin alharacas ni promesas incumplidas, con constancia y amor a la música por alguien que desde el silencio y la acción ha mantenido encendida la llama de la esperanza contra tirios y troyanos, contra agoreros y profesionales del desánimo, buscando soluciones a todos los problemas, minimizando los fracasos y buscando los apoyos en los lugares más alejados hasta conseguir que esa semilla vuelva a fructificar de la mano de unos jóvenes que sólo necesitaban un poco de apoyo y unas palabras de aliento para conseguir el milagro de convertir el deseo en realidad.

Como es bien sabido por todos los que frecuentamos los recintos de la música esa persona que consigue lo que nadie es capaz es Margarita Moráis y lo último que se propuso fue formar una gran orquesta sinfónica de jóvenes que en breve tiempo se ha convertido en el orgullo de los leoneses y la admiración de la comunidad hasta el punto que, como manifestó nuestro flamante alcalde Antonio Silván a Leonoticias en la presentación del Curso de dirección, la JOL "pronto será la orquesta residente del Auditorio" y esos 120 jóvenes podrán mirar al futuro con la garantía que les otorga el saberse útiles y necesarios para dar cobertura a todas las actividades que requieran su colaboración como son conciertos sinfónicos mensuales, de cámara, acompañando las óperas, danza, ballet y zarzuelas o contribuyendo con su hacer en los actos institucionales de la ciudad como orquesta estable del municipio.

Cuando despierta la música

Y ya pasando a los dos conciertos de clausura del Curso de dirección que tuvieron lugar en el tan mencionado Auditorio los pasados jueves y viernes decir que fue una fiesta de la música. No tanto por el nivel de los pianistas y directores que fue alto, sino por las muchas cosas que todavía quedan por pulir en la orquesta. Una orquesta que como toda formación que se precie debe continuar con el apoyo de todos, mejorar día a día, algo que se palpa con sólo verlos tocar, pero como jóvenes que son con todavía poca experiencia en los escenarios deben cuidar las formas, algo que en gran medida es labor también de sus docentes. Cito como muestra y hay foto y video, que un miembro de la formación, no especifico género, pasó todo el concierto con las piernas cruzadas lo que produjo un desasosiego visual innecesario en los que alcanzábamos a verlo, cuando con una cariñosa advertencia por parte de alguno de sus compañeros o de los mismos profesores se corregiría de inmediato una actitud que puede convertirse en crónica como ya ha pasado con un miembro de uno de los más prestigiosos grupos de música barroca del mundo en la Catedral que fue amonestado duramente por el director.

Tras la ágil y certera presentación de Marisa Rodríguez que no olvidó a ninguno de los artífices del "milagro", se fueron sucediendo los directores y pianistas a lo largo de dos días en una cascada de actuaciones que por lo general tuvieron un nivel muy alto. Destacar el primer día a la prodigiosa pianista asturiana Laura Mota de seguridad y digitación pasmosas a lo largo del concierto en Re menor de Mozart. Jorge Nicolás la arropó en el podio y mantuvo la tensión y la textura orquestal con convencimiento.

Magnífico en pianista chino Lan Pou en el Maestoso del 2º de Chopin, mientras la orquesta y el director se buscaban sin encontrarse.

Rachmaninov con Patricelli en el podio y Magí García en el piano puso de manifiesto que cuando se ensaya a fondo la cosa resulta. Alberto González, dejó constancia de su buena gestualidad y cerró un concierto redondo.

El viernes la obertura de D.Giovanni con Pablo Moras mostró seguridad y consiguió extraer de la JOL excelentes momentos de tensión, el viento bien empastado y menos la cuerda. Continuando con Mozart y su allegro del nº 23 para piano, señalar que Elena Salvatierra lo fue dibujando con delicadeza aunque se le hubiera pedido algo más de rotundidad en las indicaciones, con el leonés Juan Vicente Brozas en el teclado cuajaron un hermoso inicio de velada.

El 20 de Mozart es un concierto difícil, exigente que requiere brío y matices, cosa que tanto Darío Meta en el teclado como Fernando Ortiz en el podio no tuvieron problemas para conjugar. Cerró la velada y el curso un trío muy homogéneo formado por Clara Casado y Marc Valor en el piano mientras Pablo Andoni conducía a la JOL con excelente dominio de los planos sonoros algo que en Coriolano dejó más emborronado. Muy delicada en el fraseo Clara Casado y espléndida en el uso del pedal y exposición Marc Valor, una pianista que pese a su juventud, 15 años, derrocha seguridad en la digitación y brillo y claridad en el fraseo.

El Curso se cerró como en años anteriores con la presencia en el escenario de David de la Varga, Raúl Sancho y Ajime Puerta asi como la presidenta de la JOL Margarita Morais que contó algunas anécdotas relacionadas con la emoción que embargaba el maestro Aprea desde el mismo inicio del concierto. El director romano y fundador del Curso dijo que "estos músicos son la gloria de León y de ellos saldrá lo mejor de la música española y europea".

Palabras verdaderamente elogiosas que nuestro alcalde, allí presente, vitoreó pero su voz no tuvo el apoyo de su concejala de cultura que una vez más estuvo ausente de todo lo que se relaciona con la música y la JOL a la que todavía no ha escuchado ni un Re y que, quiera o no tendrá que apoyar a lo largo de su mandato en detrimento de la Oscyl.

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