Pero, ¿en qué consiste? En que un joven, totalmente cubierto de ramas y flores encarna el espíritu de la vegetación; y es acompañado por niñas con guirnaldas y otros vestidos con ropas viejas que recorren las calles de la Villa cantando coplillas populares y pidiendo el aguinaldo.
Así, se realiza una procesión popular que, al son de gaitas de folk, recorre las calles hasta reunirse en la plaza en una celebración llena de colorido y música, para seguir esta tradición gallea que festeja la llegada del buen tiempo.
Las composiciones se hacen con flores, hierba, helechos, frutas y huevos como materiales más habituales, aunque se pueden emplear en dos clases de trabajos: los tradicionales, en forma de cono de gran altura recubierto de vegetación, y los artísticos, que constituyen auténticas esculturas vegetales.
Dos 'vecinos' de Villafranca intentar levantar a uno de los 'mayos'. (Foto: César Sánchez)
Los 'mayos' caminan por las calles de la ciudad. (Foto: César Sánchez)
Una de las niñas que participaban en la fiesta. (Foto: César Sánchez)