Parálisis absoluta que viene provocada principalmente por la importante caída de la demanda eléctrica a lo que se suma el claro y evidente repunte de las energías renovables, que empujó a la Gas Natural a frenar en febrero la compra de carbón de la Hullera que, paralelamente y por ese bloqueo, se vio inmersa en un ERE.
Casi cinco meses de parón que comienzan a traducirse en preocupación por parte de los 110 trabajadores que la térmica tiene en plantilla. No obstante, según ha advertido el representante de USO en el comité de empresa, Longinos García, no peligra por el momento ningún puesto de trabajo.
Situación bien diferente es la del algo más de medio centenar de trabajadores que tienen las dos subcontratas de la central –Masa Galicia y Aqualogy-. La dirección de La Robla ya ha advertido que, en caso de prolongarse esta situación de parálisis, se vería obligado a reducir la plantilla de las contratas hasta en un 50%.
“La situación se está agravando día a día. Nosotros estamos preparados y pendientes para acoplarnos a la red pero pasan los días y vemos que no hay demanda eléctrica para que empecemos a quemar carbón. Si seguimos sin producción la empresa ya ha anunciado la necesidad de reducir las plantillas de las contratas”, apuntó García, que asegura no recordar una parada tan prolongada como la actual.
Silencio entre los alcaldes
Amenazas de despidos en una zona de la provincia especialmente castigada como consecuencia de la crisis minería y energética que sufre el país que ha puesto en jaque a la Vasco, hasta entonces la empresa de referencia del sector carbón y el buque insignia del empleo de la cuenca de Ciñera.
De ahí que el representante de USO no entienda el “silencio” de los alcaldes de la zona que “no están haciendo nada” para que las térmicas vuelvan a coger carbón y a reanudar su actividad para evitar nuevos despidos y lograr que la Hullera salga del ERE e inicie de nuevo sus labores extractivas.
“¿Qué están haciendo? La Hullera ha aplicado un ERE de seis meses y no he visto a ningún alcalde que dé un golpe encima de la mesa. Nadie sale a la palestra. Si ya no luchamos por lo poco que nos queda, nos quedamos en nada”, denunció Longinos, que urge un papel activo por parte de los alcaldes y representantes de la zona para evitar la sangría que sufre el sector minero y las industrias derivadas.