Reportajes
ENTREVISTA
"La administración debe contar con el farmacéutico y dar un buen servicio"
Antonio Carrasco es el nuevo presidente del Colegio de Farmacéuticos de Castilla y León y afronta la puesta en marcha de la receta electrónica como su principal reto
 El presidente del Ilustre Colegio de Farmacéuticos de Castilla y León, Antonio Carrasco. (Foto: Campillo)
El presidente del Ilustre Colegio de Farmacéuticos de Castilla y León, Antonio Carrasco. (Foto: Campillo)
S. Gallo
01/08/2015 (11:15 horas)
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Antonio Carrasco asciende un escalón y después de siete años como presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de León y tres como vicepresidente del Consejo de Colegios Profesionales de Farmacéuticos de Castilla y León (Concyl) asume la Presidencia de este último órgano. Con intención continuista lamenta el lastre que ha supuesto el hecho de que Castilla y León no disponga todavía de la receta electrónica y aboga por tomar nota de otros países o Comunidades en relación a los servicios que las farmacias prestan a los ciudadanos.

Acaba de ser nombrado presidente del Consejo de Farmaceuticos de Castilla y León. ¿Cuáles son los retos principales que se marca?

Como el equipo somos los mismos, quiero continuar con la labor que ha hecho Jesús Aguilar, y ahora tenemos un proyecto trascendental para la Comunidad que es la receta electrónica. El hecho de que empiece de forma inmediata y que haya que coordinar 2.000 puntos de dispensacion de receta con 3.000 consultorios en Castilla y León es de una complejidad que no se ha dado hasta ahora.

¿En qué medida están preparadas las farmacias de Castilla y León para empezar a dispensar la receta electrónica?

De las 1.600 farmacias solo quedan por conectar 400, es decir, que acaba de salir la primera receta y ya tenemos preparadas y conectadas más de mil farmacias. La idea es empezar de manera inminente y luego habrá una prueba de concepto en dos farmacias de Cigales y Portillo, en Valladolid, y después de unas ocho semanas, que podría prolongarse a diez o doce, la expansión por toda Castilla y León a la vez como una mancha de aceite que se irá extendiendo, de manera que si todo va bien, en verano de 2016, estará generalizada.

¿Cuáles serán las ventajas y los inconvenientes con los que se encontrarán tanto los profesionales como los pacientes?

Inconvenientes creo que pocos, más que los derivados de las propias ventajas. La ventaja es que se disminuye la burocracia y no hay que andar pendiente de las recetas y los visados, no existirá la posibilidad de perder las recetas o de que caduquen porque va todo en la tarjeta y sobre todo para los crónicos, que ahora tienen que ir una vez al mes a la consulta, podrán recibir la medicación para un año y podrán ir a retirarlo evitando las complejidades que supone en ocasiones una cita médica.

¿Cuáles son los principales problemas que han retrasado su implantación cuando en otras Comunidades se aplica desde hace años?

Nosotros hemos estado siempre dispuestos a empezar y de hecho hay farmacias preparadas para el día que empiece. El porqué ha tardado tanto yo creo que ha sido un tema de preferencia de la administración, que habrá preferido hacer otras cosas que hacer la receta electrónica, o habrá preferido no endeudarse mucho, porque son proyectos de mucha cuantía económica. Puedo sospechar que también habrá influido el tema técnico, porque los ordenadores vienen con un histórico y programas que se han ido fusionando y actualizando y con todo eso hay que hacer un sistema que funcione, que sea potente, resistente, seguro y rápido.

El presidente del Ilustre Colegio de Farmacéuticos de Castilla y León, Antonio Carrasco. (Foto: Campillo)

Y ya hay en marcha otro proyecto que es la conectividad entre farmacias de diferentes comunidades. ¿Cómo será posible sin haber dado los pasos previos?

Sí, lo anunció el consejero pero para ser interoperable necesitas antes tener con quién operar. El Ministerio se lo ha tomado como una referencia y quieren que antes de 2016 se pueda interoperar. Hasta ahora el nódulo de prescipción y de dispensación pertenecían al ámbito autonómico, pero el sistema va a depender del Ministerio y es el Gobierno quien va a hacer el nódulo de coordinación, de manera que cuando se viaje a otra autonomía la consulta se hace al Ministerio. Se ha hecho una prueba que ya funciona en Canarias y Extremadura y hay seis comunidades en fase de desarrollo. Nosotros no podemos decir porque no tenemos receta electrónica, pero vamos a salir con la posibilidad de abrir la puerta que da el ministerio.

¿Esta iniciativa se espera con especial incidencia en provincias como las de Castilla y León por las características demográficas que tienen?

Esto afecta mucho. En las zonas rurales la población ha caído el 50 por ciento y en verano vienen los asturianos, los vascos o los madrileños que dan un respiro a esas zonas. Desde que empezó la receta electrónica en sus autonomías, no pueden salir con la receta, porque vienen con una tarjeta pero aquí no tienen la posibilidad de adquirirla. Para Castilla y León ha sido matador y nos hemos quedado en una islita, porque los nuestros se van a Benidorm con sus recetas, pero el resto de España no puede venir a Castilla y León a retirarlas. Hemos permitido el sangrado, pero no hemos podido acoger, y eso ha sido muy dañino. Si todo esto se suma a las bajadas de precios, los reales decretos, la bajada de población… ha sido catastrófico.

¿Se sienten especialmente discriminados los farmacéuticos de Castilla y León?

Sobre todo los de las fronteras. En Burgos se ha dado mucho con los vascos o en León con los asturianos y en Segovia con los madrileños, pero en especial en las zonas rurales. En las ciudades no se ha notado tanto.

La receta electrónica, luego la interoperabilidad entre comunidades… ¿no será mucha tecnología al mismo tiempo?

Creo que estamos preparados para eso, llevamos muchos años, porque con la receta electrónica empezamos en 2009 y eso debería de estar ya superado. Y con la parte de interoperabilidad, como lo va a llevar el Ministerio… De todas maneras, no lo veo más complicado, los sistemas de comunicación están protocolizados y no creo que sea tan complejo. Lo que puede retrasar ahora mismo son las comunicaciones a la hora del entendimiento entre unas máquinas y otras.

¿Cómo define la situación en estos momentos del sector farmacéutico?

Venimos de una crisis que ha dañado mucho a la farmacia en el aspecto económico y estamos en momentos de incertidumbre por la complejidad y diferencia que hay de las políticas interautonómicas respecto a la farmacia, pero siempre con la tendencia de ahorrar en gasto farmacéutico. Lo único y más ordenado que tienen la sanidad y la salud ahora mismo es el gasto en farmacia. Hasta ahora, el 85 por ciento del ahorro en sanidad ha ido al medicamento, mientras que el medicamento solo representa el 14 por ciento del gasto sanitario. Pero además parece que se intenta dar una mala imagen del medicamento, igual que las vacunas, ahora se dice que es peligroso y se pone de moda no vacunar, es inconcebible.

Con los recortes, ¿cómo ha perjudicado la coyuntura económica al servicio farmacéutico?

Como al resto de la población la crisis nos ha venido encima. Al farmacéutico como farmacéutico, igual. A lo mejor nos ha afectado menos que a otros sectores, pero ha marcado diferencias entre la zona rural y la ciudad, porque la ciudad tiene otros mecanismos para vivir como la venta de parafarmacia, pero en la zona rural no hay público objetivo para ello. Se han cerrado varias farmacias en Castilla y León y la administración ha metido los índices correctores para que pudieran mantenerse esas farmacias, si no hubiera sido mayor la incidencia.

¿Qué cambiaría del actual modelo de farmacia?

Nada, simplemente es un modelo que me gusta, porque es cercano al paciente, el farmacéutico está implicado con su farmacia y lo hacen contentos. Pero me gustaría que se cumpliera la normativa de ordenación farmacéutica, si se puede mejorar, y si no, que se respetara.

¿Cómo se imagina las farmacias de Castilla y León dentro de unos años?

Me gustaría una farmacia totalmente sanitaria, que fuera un lugar de salud y donde la gente viera bien clara la idea de que tiene que ir ahí a buscar su asesoramiento, su prevención o su mejoría de la salud, y que no hubiera confusión de lo que es una farmacia. No me gustaría que fuera una farmacia mercantilista, sino sanitaria.

¿Y qué pediría a los ciudadanos?¿Y a las administraciones?

A los ciudadanos les pido que aumenten la confianza en el farmacéutico, ya que tienen un servicio gratuito, que hay pocos ya, y que consulten al profesional y sean pacientes, porque si en ese momento no hay acceso a la información, la habrá. A la administración le pido que se aproveche del farmacéutico, que tiene un profesional perfectamente formado, cualificado y con un establecimiento sanitario a pie de calle, muy cerca del paciente y con mucha confianza, y que nos utilice para dar ese servicio que a veces no dan o dan de manera más escasa y que se puede hacer de manera más accesible, rápida y cómoda.

Antonio Carrasco es el nuevo presidente del Colegio de Farmacéuticos de Castilla y León. (Foto: Campillo)

 

¿Es una realidad el hecho de que el paciente confía cada vez más en el farmacéutico a la hora de asesorarse, aunque sea movido por las esperas y la rapidez?

Una farmacia puede ser un lugar donde te hagan un chequeo, un paso más para tener una fotografía de la salud y de resolver los problemas que tengas, y que puedan hacerte lo que quieras sin colas. Me gustaría una farmacia dentro del sistema de salud y que fuera un entorno de salud, pero que diera unos servicios que estamos capacitados para dar y que el Estado podía aprovechar si quiere. Son servicios que se pueden hacer en la farmacia y en Europa se están haciendo.

¿Puede hablarse entonces del deseo de una europeización en ese sentido?¿Y de la generalización de esos servicios en todas las farmacias?

Yo creo que sí, en esa parte sí. Hay pruebas que se están haciendo en Castilla y León, en España y en Europa como son el cribado del cáncer de colon, los test del sida, se hacen campañas de vacunación, y muchos servicios. Todos estos proyectos han tenido mucho éxito. Aquí, cuando todavía estaba en el once por ciento las pruebas de cáncer de colon, en Cataluña, que lo habían abierto en todas las farmacias, llegaron al 85 por ciento.

En relación al autocuidado y el aspecto más social, ¿también atraviesa un momento complicado?

En el autocuidado es probable que haya otra salida de medicamentos que no vaya a financiar la Seguridad Social, ya ha habido varias, y por otro lado está claro que ahora está de moda la preocupación por el cuerpo que a lo mejor va más allá de lo que se supone que tiene que ir según el desarrollo del país. Esa prioridad está tomando delantera a otras, y dentro de estas prioridades está también el cuidado por la salud, y la gente cada vez se preocupa más y quiere saber más, y en la farmacia tienen muchas opciones de aprender. Se trata de que la gente sepa dónde se tiene que informar respecto de lo que se quiera informar, porque ahora tenemos muchísima información y ansia de saber y hay que saber lo que hay que preguntar y a quién.

¿Todo esto es aplicable al entorno rural, porque estamos en una comunidad con gran dispersión geográfica?

El entorno rural está cambiando mucho, el otro día ha salido el dato de las guardias rurales en los últimos diez años y no tiene nada que ver con lo que había y lo que hay. Hace 20 años no había las mismas comunicaciones que hay ahora y la gente estaba más involucrada en el pueblo, todos vivían en el pueblo y ahora no vive nadie, solo queda la gente mayor y con una edad bastante avanzada, y eso va a marcar el futuro de la farmacia que es en algunos casos es lo único que queda. No sé si tienen pensado tomar medidas para fijar a la población, pero no lo parece, y esa farmacia rural podrá dar servicios relacionados con la gente mayor, programas de adherencia a la medicación, educación nutricional… enfocadas más a la gente mayor.

En León se ha incidido en la formación, ¿se va seguir insistiendo a pesar de ello en Castilla y León?

Por lo general, poca gente toma el medicamento como lo tiene que tomar. Si te duele la cabeza, hay que tomar algo que te alivie. Se está trabajando en ello en todos los Colegios de Castilla y León, de hecho cada vez nos organizamos mejor para hacer campañas comunes, porque el medicamento hay que conocerlo para saber que es bueno, aunque también hay que respetarlo. Es responsabilidad de los farmacéuticos, que no hay que tenerles miedo ni lo contrario, sino en su justa medida, y que hay medicamentos para cada cosa. 

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