Hubo intentos de agresión, pues al final del partido el técnico Isidoro revelaba que Antonio García había sufrido en el banquillo un golpe en la espalda de un aficionado; lanzamientos de objetos, ya que a Juan Andreu le lanzaron dos botellas de agua y una bocina cuando se dirigía a coger sus cosas al banquillo una vez finalizado el partido; y escupitajos por doquier, como los que recibieron el entrenador marista y el periodista de Radio León Carlos Martínez cuando intentaban realizar una entrevista a la conclusión del choque.
Algo a lo que hay que sumar las 'trampas' en la mesa, que en situaciones que hacían recordar a lo que sucede en baloncesto cuando se visita La Palma, provocaban las criticas de un Ademar que explicaba que 'jugaban' a su antojo con el tiempo y criticaba la invención en la recta final de un cambio ilegal que no existía.
"Esto es una guerra de guerrillas"
De este modo, Isidoro Martínez aseguraba en Radio León que en Cuenca "menos balonmano hay que hacer de todo, hay que estar al público, a que no te quiten segundos los de la mesa, a que no piten malos cambios que no han sido... Esto es una guerra de guerrillas".
Además, el técnico reconocía que en su 'rifirrafe' final con Zupo Equisoaín le pedía que les "ganara en el campo, pero sin ayudas de la mesa, porque eso es deslealtad"; y apuntaba con ironía que al menos irán preparados para el choque del domingo en Belgrado porque "no va a ser más bronco que esto".
"No dejan de insultar y tirar cosas"
Muy cabreado estaba también Juan Andreu, que aseguraba que "una cosa es jugar en un campo caliente que anima a su equipo, y otra que no dejen de insultar y tirar cosas"; mostraba su enfado por que "en este pabellón no haya Policía Nacional"; y explicaba que se había "quedado al final porque tenía que buscar mi agua, se me ha encarado media grada y cuando me iba me han tirado dos botellas y una bocina".