Puede ser que unas páginas, hayan tenido antes la idea y ésta haya sido copiada por los demás. No digo que no, puede ser. Puede ser incluso que este ánimo de competencia por ser garantes de tradiciones venga bien a algunos que sólo están en la idea de que nuestra tierra se dé a conocer y, en este caso, a degustar; también puede ser. Puede que de ello se beneficie una editorial de naturaleza local que también está en liza con un concurso. Sería posible.
A mí, personalmente, lo que me gustaría es que nuestro León se pusiese en valor, o se diese a valer, en cuanto al respeto de sus tradiciones culinarias y así, en común, se lanzase una faceta poco conocida fuera de nuestras fronteras provinciales o autonómicas, ya que el tema, francamente lo merece.
Lo merece, por la calidad de los alimentos que se contienen en cada plato y que son oriundos de la tierruca. Se merece, por la forma de cocinarlo o guisarlo que, sobre todo en invierno, está pensada para ser capaz de hacer frente a los rigores climatológicos, que no cambian desde hace generaciones en nuestro pequeño terruño. Se lo merece, porque nos indica las tradiciones e historia de la gastronomía en nuestra casa, ciudad y provincia y ahí sí, se ve la evolución de los tiempos con platos vinculados a épocas del año, vinculadas a su vez con otras tradiciones como las religiosas, de temporada de veda en caza y pesca etc., como, por ejemplo, platos con bacalao en Cuaresma.
Pero a lo mejor, esa no es la opinión que guía la aparición de esta promoción virtual de nuestra gastronomía.
Se me ocurre pensar, que es una forma de sacar la cabeza, con dignidad, frente a la designación de Burgos como Capital Española de la Gastronomía para 2013, según hemos sabido por noticia publicada recientemente y de la que tuvimos cumplida muestra en el pabellón de Castilla y León de la Feria de Turismo Fitur.
Quizás no sea eso tampoco. En tiempos como los presentes, en que los valores escasean, sería raro. Más bien.
O tal vez se haya hecho con la única intención de atraer la atención sobre un bien tan nuestro como nuestra cocina, buena donde las haya, para servir de señuelo a otros fines más ambiciosos. Podría ser. Y si fuera así también lo aplaudiría. León, bien se lo merece.
Porque lo que se ve desde fuera de la tierra, con añoranza y con cariño siempre, es la resignación de unas gentes, mis paisanos, a los que lo que está pasando les supera. Una población que está envejeciendo y que escasamente se renueva. Aquejada de los mismos males endémicos que aquejan a la generalidad del país, con apenas fuerzas para afrontarlos.
Por eso, toda iniciativa es poca.
Ägata Piernas
conlatogapuesta.blogspot.es