La organización calculó esta pérdida a partir de los datos acumulados del IPC y de las retribuciones medias de los profesores. Así, estimó que sin tener en cuenta la confiscación de una paga en 2012, la pérdida de poder adquisitivo anual se sitúa entre el 17,5 y el 18 por ciento, en función de la antigüedad. Como ejemplo, un profesor sin antigüedad pierde, en términos mensuales brutos, unos 400 euros al mes. En el caso de un trabajador con cinco sexenios (esto es, 30 años de ejercicio), sería de unos 560 euros al mes.
En este sentido, Aspes alertó del problema que supone para los trabajadores públicos en general y para el profesorado en particular “un quinto año consecutivo de congelación salarial”. Por este motivo, reclamó el fin de esta medida, “que ha pasado de excepcional a costumbre por los diferentes gobiernos nacionales”.