Mientras su copiloto, Andreas Lubitz, había accionado la palanca de descenso del avión por razones desconocidas, el comandante del vuelo, que había salido un momento al baño, y al que su compañero no le abrió, utilizó un hacha para tratar de forzar la puerta blindada, según estas fuentes de la investigación.
Una portavoz de la compañía alemana Germanwings confirmó que en los aviones A320 hay un hacha "porque forma parte del equipo de seguridad".
Patrick Sonderheimer también era alemán y contaba con una experiencia de más de más de 6.000 horas de vuelo con Airbus y conocía a la perfección la ruta y el avión que pilotaba. Trabajaba para Lufthansa y Germanwings desde hacía 10 años .
Patrick Sonderheimer estaba casado y era padre de dos hijos y según las declaraciones de un piloto jubilado al 'Bild', Sonderheimer era un profesional "muy experimentado, uno de los mejores".