Dejando atrás esos tres kilómetros, los escolares se unieron las decenas de personas que les esperaban en el pozo al grito de ‘Aquí están, estos son el futuro del carbón’. Allí, entre aplausos y lágrimas, el pedáneo de Matárosa del Sil aseguró que la lucha minera no parará hasta el final y “nadie conseguirá acabar con el carbón”.
Una concentración donde los más pequeños fueron los verdaderos protagonistas como Andrea, hija de Primitivo, uno de los mineros encerrados, quien también demostró que por su venas corre sangre minero.
Muchos no pudiero ocultar las lágrimas al ver cómo las comarcas mineras se mueren. (Foto: C. Sánchez)
Sin duda un emotivo acto que puso de manifiesto la fortaleza de las mujeres e hijos mineros, ésos que al igual que sus maridos y sus padres, lucharán con uñas y dientes para lograr la supervivencia del sector y de su tierra.
La hija de un minero encerrado se abraza a su madre. (Foto: C. Sánchez)