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REPORTAJE
"Diz qu' una vez..."
Teodora Barrio y la Asociación Cultural Peña L'aila de Marrubio rescatan el cabreirés en doce relatos tradicionales y trabajan en un diccionario temático
Dos mujeres de la comarca de La Cabrera realizan el entripado de la matanza.
Dos mujeres de la comarca de La Cabrera realizan el entripado de la matanza.
Vanesa Silván
01/03/2015 (14:35 horas)
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“Diz qu'una vez..” (dicen que una vez). Así empezaban los habitantes de La Cabrera a contar todos sus cuentos y leyendas, como las que ahora recoge un libro que, bajo ese mismo título, rescata la tradición oral del cabreirés en doce relatos, uno para cada mes del año, que reflejan las costumbres y la forma de vida y trabajo de las gentes de las aldeas y pueblos de esta aislada comarca, ubicada en el suroeste de León.

“Escogí doce leyendas que plasmé en los doce meses del año para poder contar, con cada cuento como fondo, los trabajos que marcan el día a día a lo largo del año y dejar constancia de una vida real extremadamente dura que está a punto de desaparecer en su totalidad”, cuenta su escritora, Teodora Barrio, que junto a la Asociación Cultural Peña L'aila de Marrubio se han marcado como objetivo recuperar este dialecto leonés.

Debido a su aislamiento geográfico, cada pueblo mantiene su vocabulario y fonética singular del cabreirés a pesar de sean unos pocos kilómetros los que los separen. Así como los cuentos y leyendas son más o menos las mismas en unas aldeas y otras, la forma de hablar sí guarda bastantes diferencias entre ellas, destaca Barrio, aunque están "todos muy cerquita”. Los matices del cabreirés en Marrubio lo diferencian del que se puede hablar en Castrillo de la Cabrera, Noceda y Saceda, por ejemplo. 

Lugareños de la comarca de La Cabrera trabajando la lana. 

Estos doce relatos están situados en un espacio de tiempo que va aproximadamente desde 1850 a 1970 y, actualmente, todavía hay algunas personas, casi todas octogenarias ya, que pueden verificar la autenticidad de las costumbres y situaciones descritas en estas historias. “Son todas leyendas que he oído desde pequeña, por boca especialmente de mis abuelos”, confiesa Teodora Barrio, que asegura que todas son historias imaginadas que se ha escuchado siempre, con diferentes matices en cualquier pueblo de La Cabrera, a excepción de la del mes de diciembre que “sí es un caso verídico”.

De enero a diciembre

Ella guarda especial recuerdo a la leyenda del mes de enero. “Una historia que me contaban con mucho cariño”, cuenta Barrio, que en 'La ñiña y Sanantuñico' (La niña y San Antonio) relata la búsqueda de una niña perdida, a la que guardó San Antonio hasta que la encontró su madre. En ella ha puesto mucho cuidado en la toponimia, aludiendo a lugares muy conocidos para cualquier habitante de Marrubio. Así, otra leyenda en la que hay mucha presencia de parajes y topónimos es 'Lus carbones', que corresponde a julio y que va marcando paso por paso los lugares por los que va una pastora llamada Nedina con su rebaño. De la fraga La Gallarda a la breya (sendero) de Riñuceda, pasando por la cuesta 'L Rigueiro, la fuente 'L Molino, Peñas Brancas, La Escuntriella y los regueiros de La Arbaradeira, entre otros.

Barrio también llama la atención sobre el mes junio, 'L pan dondio' (El pan caliente), que cuenta la historia de una mujer que fallece tras comer pan calientes. “Ahí se mezcla ficción y realidad porque científicamente está demostrado que el agua y el pan caliente son totalmente indigestos", y en la tradición de La Cabrera “augua fría y pan caliente nunca fecierum buen vientre”. “De alguna manera es la primera, era la única que ya tenía escrita en cabreirés y me marcó desde que era muy niña”, apunta Teodora Barrio.

Pueblo de Marrubio, perteneciente a la comarca de La Cabrera. 

La última de las leyendas, 'Sanisteba' (San Esteban), corresponde al mes de diciembre y está dedicada a la tradición de la matanza, con las peculiaridades de la zona. En cabreirés, los botillos bercianos se convierten en 'ventruyos', de los que solían hacer cuatro, mientras que también se hacen otros embutidos como los 'churizos de lus boches' -se empleaban vísceras como el corazón y los pulmones- o las 'andoyas', que se hacía con las pieles de los cerdos. A lo largo de sus doce relatos, Barrio muestra también cómo eran los noviazgos y las bodas, el uso de las campanas y el cuidado de los niños, los animales y el campo, todo ello ilustrado con los dibujos de escenas costumbristas de María Esther Blanco.

Y entre cuento y cuento escrito íntegramente en cabreirés -con adaptación al castellano en la segunda parte del libro- se aprende un poco más de la tradición de estos pueblos de Cabreira y también de cómo suena este dialecto. Desde los nombres de platos típicos como las 'migayas', elaborado con pan, mantequilla, harina y huevo, a costumbres como dejar un 'rastro de pusia', que era el rastro de paja con el que se marcaba el camino entre las casas de los novios si alguien descubría la relación de pareja antes de las amonestaciones previas a la boda, o qué es dar un 'rijujiu' (grito de alegría) o las 'xeiras', que era un trabajo basado en la reciprocidad, cuando un vecino ayudaba en una actividad a cambio de recibir después también ayuda

Diccionario cabreirés

El libro 'Diz qu'una vez..' fue algo imprevisto, según reconoce la propia Teodora Barrio, ya que la Asociación Cultural Peña L'aila de Marrubio ya estaba trabajando en la elaboración de un diccionario cabreirés. “Ya empezamos hace un par de años y nos encontramos con la traba de que era muy costoso, y desde la Diputación de León nos sugirieron que era mejor empezar con algo más sencillo y se planteó la realización de este libro, más sencillo y más económico”, explica.

 

Ejemplar del libro 'Diz Qu' Una Vez... Relatos en Cabreirés'. (Foto: César Sánchez)

Así, siguen trabajando en el diccionario que va “pasito a pasito”, ya que la mayor parte de los miembros de la asociación viven fuera y solo están en verano y vacaciones en Marrubio. Barrio insiste en que no se puede hablar de un dialecto “generalizado” porque cada pueblo tiene matices diferentes y es muy complicado realizar su transcripción porque “no hay absolutamente nada escrito”. “Es pura tradición oral”, recalca la escritora, que explica que han contado con la ayuda de filólogos y “seguimos, más o menos, las reglas del castellano mientras pudimos, aunque nos encontramos con muchas dificultades”.

Teodora Barrio reconoce que en los pueblos sólo queda gente muy mayor que habla el cabreirés pero, puntualiza, solo se habla en familia y son reticentes a utilizarlo con las visitas porque ven el uso del dialecto como un signo de atraso. Aún así, ahora empieza a haber gente joven interesada en rescatarlo y le está dando un empuje en las redes sociales, según destaca la escritora, que sigue trabajando con sus compañeros de Peña L'aila para completar ese diccionario que finalmente será temático y no al uso. “Irá por temas, ilustrado también y con las expresiones y frases hechas que caracterizan al cabreirés”, insiste.

Tanto el libro de relatos como el diccionario son intento de mantener vivo el cabreirés, amenazado principalmente por el envejecimiento y la despoblación de esta comarca leonesa y que es realmente grave para un dialecto que hasta ahora ha tenido como única vía de supervivencia la tradición oral porque “lus años pasorun unu tras d'outru y la vida 'n Cabreira nun cambióu, nin pa bien ni pa mal”.

Carreto utilizado para poner a los niños utilizado en la comarca de La Cabrera. 

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