Una mujer y dos hombres integraban el grupo criminal desarticulado. La mujer era la encargada de captar a las niñas e inducirlas a ejercer la prostitución. Por otro lado, uno de los hombres era el responsable de grabar sin conocimiento de los clientes los encuentros sexuales con las menores. El tercer varón contactaba con los clientes y los amenazaba, exigiendo crecientes cantidades de dinero a cambio de no difundir públicamente las grabaciones.
La investigación se inició cuando uno de los clientes interpuso una denuncia ante la Policía diciendo que llevaba varios meses siendo víctima de un chantaje por parte de los otros tres detenidos. El citado cliente había sido grabado manteniendo relaciones sexuales con las dos menores y una mujer mayor de edad.
Por el momento se ha podido acreditar que las niñas han sido víctimas de ocho delitos de abusos sexuales. A los tres detenidos se les imputan delitos de prostitución de menores de 16 años, corrupción de menores y amenazas.