Opinión
OPINIÓN POR POLO FUERTES
De san Antón a san Blas, 15 días y un poquitín más
Estamos metidos en carnaval. ¿Qué queda? Apenas un mes...
19/01/2013
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CON VENTANAS A LA CALLE
Y es que este año con el adelanto de las lunas y del calendario litúrgico se junta san Antón con san Blas, Santa Águeda con el miércoles de ceniza y el hambre con las ganas de comer, que es carnaval. Un sandiós.

Andan este fin de semana, que termina el martes, los cofrades de san Antón, de mi pueblo La Bañeza, con el cocho en carroza, recorriendo calles y plazas, cuajadas de vientos, lluvias y a lo peor nieves, por ver si acaban los tacos de la rifa del cocho, a los sones de dulzainas, tamboril y bombo. Mientras, que de cuando en vez, alguno de los viejos cofrades se arranca por populares: “San Antón, san Antoñico, / el 17 de enero…”. Con letras escatológicas y toda la pesca. Pero ahí están resistiendo y recordando entre buenos tragos y alguna pitanza, que su cofradía supera los cuatro siglos de historia y su devoción sanantona, muchos más.

Dentro de 15 días y un poquitín harán lo propio los cofrades de san Blas (muchos son de las dos asociaciones para combatir el hambre y la sed). Misa, procesión, bendición de la gargantilla del santo obispo, patrono de muchas cosas, aunque principalmente, contra las afecciones de la garganta y banquete. Qué sería de una festividad sin bailes ni banquete. “Si vas a san Blas, / tráeme un sanblasín / que no sea muy grande / ni muy pequeñín…”

Y mientras tanto, a nivel nacional, a nivel regional, a nivel provincial, a nivel… (siempre desnivelado) los políticos entretenidos en investigación y desarrollo de nuevos problemas, de nuevas corrupciones, de nuevos desencuentros económicos, que ya nos encargaremos de solucionar la gente de a pie, con las celebraciones de san Antón, de san Blas y de santa Águeda y pagar más y más y más impuestos para tapar agujeros.

Ya lo dice la tradición: “por san Blas, la cigüeña verás. Por san Antón, la buena gallina pon. Y por santa Águeda, la buena y la mala. Es sólo un dicho. Pero es mejor que no se metan por el medio los políticos con su I + D y lo jodan todo. Son tres fiestas entrañables bañezanas. La última, la de santa Águeda, en mi pueblo se multiplica por tres o por cuatro asociaciones o cofradías, para que no falte de naa: La penitencial de la parroquia de San Salvador, la de la parroquia de Santa María (esta no sé muy bien ahora si es penitencial o no), la de la Parroquia de Santiago de la Valduerna (también llamada del barrio Buenos Aires), que fue la que destapó el baúl de los olvidos, y la de las ‘aguedinas’, que van por libre.

Pero no pasa nada. Todo se dé por bien empleado y bien hecho. Todo se dé por añadidura, que después de entregar el bastón al alcalde, “volverán las oscuras golondrinas / de tu balcón sus nidos a colgar”. Y joderán todo el invento, en cuanto que cojan los ramalillos estos entes de mente estrecha que se llaman políticos. Jesús, qué tropa.

Sin embargo. A la vuelta de la esquina ya nos estará esperando el carnaval. Con pregonero de postín y pastón salarial, por pertenecer a una escuela de alta alcurnia. Algo que parecía se había desterrado definitivamente de la figura del mantenedor, durante la inauguración de las fiestas carnavaleras de mi pueblo, que en La Bañeza tienen ya Interés Turístico Nacional, oiga. A lo peor es por eso.

“Compadre, quiero cambiar / mi caballo por su casa, / mi montura por su espejo, / mi cuchillo por su manta. / Compadre, vengo sangrando / desde los puertos de Cabra. / Si yo pudiera, mocito, / ese trato se cerraba. / PERO YO YA NO SOY YO / NI MI CASA YA ES MI CASA.”, que cantaba Federico en su romance sonámbulo. Ya en aquel entonces, los políticos hacían de las suyas y había que soñar despierto, buscando un san Antón, un san Blas, una santa Águeda o un carnaval, sin apenas salir de los meses de enero y febrero. “Verde, que te quiero verde, / Verde viento. Verdes ramas,,,”. Verde cagalera cartel de carnaval bañezano. Ya lo dije, coño.

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