Juicio por el 'caso Carrasco'
JUICIO POR EL 'CASO CARRASCO'
¿De héroe a villano?
La polémica en torno a la llamada del 112 ha centrado la tercera sesión del juicio, en la que se ha narrado con todo lujo de detalle el crimen así como los 15 minutos posteriores a la detención de la asesina
A. Cubillas / @And_Cubillas
22/01/2016 (09:36 horas)
Vote 
Resultado 4 puntos4 puntos4 puntos4 puntos4 puntos (4 votos)
  Preparar para imprimir  Enviar por correo
¿De héroe a villano? Pedro Mielgo, el valiente policía jubilado que siguió los pasos de la asesina de Isabel Carrasco tras su detención, ha visto cómo la defensa de madre e hija ha puesto en entredicho la veracidad de su testimonio después de que negará ser el autor de una llamada al 112.

Apenas un minuto de una grabación en la que se escucha la llamada de auxilio de un hombre que acaba de presenciar el asesinato de Isabel Carrasco y que sigue de cerca a su asesina. Está nervioso, alterado, comprensible tras lo vivido, pero no duda en lo que ha visto. “Voy detrás de la mujer que la ha disparado pero se me ha despistado”. De fondo se escuchan las sirenas de las policías. “Está por aquí. Está es. Lleva una pistola en el bolso. Es ella”. 

En la mente de todos los que este jueves estaban en la Audiencia Provincial de León, Pedro Mielgo. Sin embargo, el agente ha negado hasta en dos ocasiones en sede judicial y luego ante los medios que ésa fuera su voz. “Estoy segurísimo que esa llamada no es la mía. Yo sé cuándo llamo y cuándo no”.

Negativa que podría convertir al héroe en villano. Al menos es la intención del letrado de Triana y Montserrat, Jose Ramón García García, que ha solicitado deducir testimonio para abrir una investigación que compruebe si ha incurrido en un delito de falso testimonio.

El objetivo final, anular la declaración del testigo que apunta directamente a la entrega del bolso entre madre e hija, desmontando su versión. En un hipotético caso de que cuaje la intención de las defensas se caería el testimonio en el que se pone en evidencia que Montserrat se desprendió del bolso ya en la Plaza de Colón y no en un garaje.

El crimen  

Durante la sesión de este jueves, Pedro y su mujer Elena han detallado con todo lujo de detalles el momento del crimen. Ambos se cruzaron con Isabel y Montserrat. “Vi a una mujer rubia que me llamó la a tención porque llevaba unos zapatos fucsias además le dije a mi marido que debía ser  alguien de la Junta porque la conocía de ver en la televisión de León. Detrás iba una persona y pensé que era su guardaespaldas”.

Sin embargo, continuaron su camino  y cuando estaba a punto de salir de la pasarela escucharon lo que inicialmente pensaron que era un petardo. Pero era el primero de los cuatro disparos que Montserrat realizó. “Al girarme vi que la mujer rubia se estaba cayendo. Me dio el impulso de ayudar pero vimos algo raro. Nos quedamos petrificados porque la persona que iba detrás se puso a la altura de su cabeza, dobló las rodillas, empuñaba algo plateado y le pegó tres tiros. Me llamó la atención el último tiro porque era tan cerca que salió humo y la mujer rubia rebotó". 

Tras los disparos, la mujer se cogió el pañuelo que sujetó con los dientes, abrió el bolso y metió  algo, "estaba sujetando el arma" y se dio la vuelta. "Cogimos aire, mi marido me agarró. Nos miró  de lado. El bolso era negro y bandolero, tenía unos dientes de cremallera". Tanto fue así que Pedro incluso aseguró que temió por su vida. "Llevaba la pistola y se veía claramente la culata de la pistola. Y se vino hacia nosotros, deprisa,  pero sin correr, con la mirada al frente, nunca mirando hacía un lado. La pasarela no es muy grande y la verdad que yo pensaba que nos iba a pegar un tiro y por eso no quitaba el ojo de la mano que sujetaba el arma". 

El seguimiento

En ese momento, Mielgo le dijo a su mujer que la iba a seguir mientras ella llamó a la Policía. Tan sólo una vez miró hacia atrás. "No la perdía nunca ningún momento. Ella nunca hizo una parada y no dejó nada en la rampa del garaje. Yo veía que llevaba todavía la mano en el bolso en la calle Lucas de Tuy". 

Mielgo asegura que tenía un andar "peculiar", muy ligera pero no corría. Posteriormente, sigue andando hasta llegar a la plaza Colón. "En ese momento salí corriendo para no perderla y al entrar allí ya no la vi". Por ello, Mielgo continuó por  Roa de la Vega mientras Montserrat fue por el pasadizo "ya que es la única salida para ir a Gran Vía de San Marcos". 

Al no ver a nadie, se dirigió a Gran Vía de San Marcos, punto en el que se encontró con Montserrat. "Ella iba dirección la Inmaculada y nos encontramos en el chaflán de los sindicatos". Ahí ya no llevaba gorra ni gafas ni el bolso bandolera ni la parca. "Venía con una cazadora beis clara de tela que le llegaba por la cintura. Los zapatos seguían siendo los mismos y en la mano derecha llevaba cogida la parca y la gorra de tela negra". 

Al ver al agente, Montserrat "se quedó sorprendida y me miró fijamente. Fue cuando oí una sirena e hice señales para que parasen los agentes. Pero Montserrat había desaparecido. En una terraza había un señor sentado y me hacía señales hacía un vehículo. Allí estaba ella sentada en el asiento del conductor intentado esconder debajo del asiento la parca y la gorra". 

Pedro Mielgo identifica el bolso de Montserrat. (Foto: Javier Casares / Pool EFE)

La detención

En ese punto, entran en acción los dos agentes que participaron en la detención de madre e hija. Una detención marcada por la incredulidad, según aseguraron, porque incluso aseguraron ser víctimas “una cámara oculta ya que Montserrat no tenía pinta de una delincuente común”.

Tampoco lo tenía Triana, que llegó mientras los agentes hablaban con su madre. “Aseguró que venía de Fuensanta y, pensando que se había equivocado, fui a preguntar a unos trabajadores de Hojaldres Alonso que me preguntaron si podía ayudar. Ellos negaron que Triana hubiera estado allí y que Fuensanta cierra los lunes”.

Por ello, le solicitó la documentación a Triana que aprovechó mientras un agente hablaba con un segundo testigo y el otro anotaba sus datos para dar marcha atrás al vehículo, en un intento de escapar del lugar. “Justo en ese momento escucharon que la víctima era Isabel Carrasco. Ahí soy consciente de la magnitud de los hechos. A continuación se acelera todo. Llegan más policías y regresa el agente jubilado Pedro Mielgo de buscar el arma. Era su obsesión pero no la encontró”.

Las declaraciones en Comisaría

La jornada continúo con la declaración de la coordinadora de la investigación que acusó al letrado de madre e hija de usar el trato amable que recibieron por parte de los agentes de Burgos para usarlo a su manera. Porque, según remarcó, no hubo irregularidades, la declaración de Montserrat fue “espontánea” y que la ley no impide escuchar o hablar con las detenidas.

Una jornada en la que apena se ha abordado el papel de Raquel, aunque su compañero del día después de crimen reconoció que no estaba bloqueada ni nerviosa, si bien, aseguró al igual que otro agente de la Policía Local que era improbable que la mujer hubiese participado en un fregado de este calado.

Una sesión con la que se pone punto y aparte al juicio que se retomará este lunes con la declaración, entre otros, de los polémicos y controvertidos agentes de Burgos. 

Triana y Montserrat en la tercera sesión del juicio. (Foto: Javier Casares / Pool EFE)

  Preparar para imprimir  Enviar por correo
Vote 
Resultado 4 puntos4 puntos4 puntos4 puntos4 puntos (4 votos)