Segura fue trasladado hace diez días desde el centro disciplinario en el que cumplía dos meses de arresto, en la base San Pedro de Colmenar Viejo, al hospital militar como medida "preventiva", ya que el centro carecía de los medios médicos necesarios para ser atendido.
En este tiempo el oficial ha perdido diez kilos y sufre calambres musculares, enrojecimiento de las articulaciones y dolor de cabeza. "Su estado de ánimo es muy bueno, aunque se encuentra débil", asegura su editor Óscar Sipán, quien pudo visitarle la semana pasada en el hospital.
Segura fue expedientado por dos faltas graves y sancionado con dos meses de arresto y pérdida de destino por las declaraciones que realizó a varios medios para promocionar su novela. Además, tiene abierto un expediente gubernativo por el contenido del libro, que podría concluir con su expulsión de las Fuerzas Armadas y con una pena de entre seis meses y seis años de prisión.
La novela, que ya ha vendido más de 18.000 ejemplares, habla de desfases presupuestarios en la compra de combustible, comida, equipos informáticos y armamento. Su autor confía en que el revuelo causado "sirva a otros compañeros de inspiración para atreverse a denunciar el maltrato al que se ven sometidos".