Fueron cuatro las ambulancias que se tuvieron que enviar al Campus de Vegazana en apenas tres horas, la primera de ellas alrededor de las 21.30 horas para atender a una joven de 18 años por intoxicación etílica. La misma causa llevó a otro vehículo al mismo lugar cerca de la medianoche y otra alrededor de las doce y media. El último servicio de este tipo se produjo minutos antes de la una de la madrugada.
La novatada que terminó con estos estudiantes en el hospital consistía en atarles las manos con cinta americana, lanzarles huevos y harina y meterles después un embudo en la boca por el que les hicieron ingerir grandes cantidades de alcohol y, en especial, mezclas de diferentes bebidas. Aunque quedaron inconscientes y vomitaban constantemente, alguno de ellos abandonó el campus hasta que fue trasladado al centro hospitalario.