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REPORTAJE
Atapuerca 2.0
El equipo de Atapuerca utiliza tecnologías, algunas pioneras, que han revolucionado la forma de trabajo en los yacimientos
L. Sierra
29/07/2012 (17:32 horas)
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Las excavaciones de la Sierra de Atapuerca han cambiado mucho en los últimos veinte años. La mejora de la proyección de la que se conoce como “la sierra de los secretos” se debe en gran parte a la aplicación de técnicas y aplicaciones tecnológicas de ultimísima generación que permiten conocer en tiempo real la datación “casi exacta” de restos que suman millones de años. Aplicaciones nunca vistas en la ciencia española se dejan ver al lado de yacimientos tan conocidos como La Sima de los Huesos, la Cueva del Mirador y Galería.

Desde hace tres años, todos y cada uno de los datos que se extraen diariamente en la campaña de excavación se almacenan mediante un una herramienta denominada '3COOR Data Base', que permite almacenar y recuperar en cualquier momento, de una manera rápida y eficaz, toda la información obtenida en el trabajo de campo. De este modo, la cantidad de datos que se almacenan a lo largo de los dos meses de campaña se comprimen para su posterior recuperación. El papel ha pasado por tanto a mejor vida y por ello, no es demasiado común encontrar a los arqueólogos con los ya históricos cuadernos de campo.

Si bien la aplicación de técnicas ha sido pareja a la evolución del proyecto Atapuerca, durante los últimos años, las campañas han sumado material único en el campo científico. El yacimiento de Galería es quizás uno de los mejores ejemplos de la aplicación de las últimas aportaciones tecnológicas a la búsqueda del sentido de la evolución humana.

Iniciados por el considerado padre de los yacimientos de Atapuerca, Emiliano Aguirre, el yacimiento de Galería ha sido testigo de la aplicación de novedosas técnicas a la metodología científica. “La metodología sigue siendo la misma, excavamos de porción en porción pero con otras técnicas”, explica Isabel Cácares, una de las responsables del yacimiento, consciente de que “la tecnología es la que ha permitido que ahora se puedan hacer muchas cosas que en tiempos de Aguirre hubieran sido impensables”.

“Trabajamos con PDA’s, sistemas laser, coordenadas y estaciones totales que hacen más fácil ubicar la localización de los fósiles y después jugar, incluso, tridimensionalmente con las cuevas”, añade. Al mismo tiempo, las personas que trabajan en uno de los yacimientos más explorados de la sierra, suelen hacer todo tipo de escáneres en las cavidades para sacar el máximo partido a este espacio único en el mundo.

Trabajo en 3D para localizar fósiles en Atapuerca. (Foto: Ricardo Ordóñez)

Ampliar conocimientos

Partiendo de los estudios ya elaborados por Aguirre, las personas que ahora continúan la labor iniciada por el paleontólogo son conscientes de que lo que no ha cambiado es la base del trabajo: “paciencia y más paciencia”. Asimismo, aprovechan los cuadernos de campo de la época, la mayor parte de los años 80, para ampliar lo ya encontrado.

Ana Isabel Ortega, responsable de Galería y profesora del CENIEH, subraya que “se aplican técnicas para aplicarlas a las distintas cavidades y dar una respuesta más precisa”. De este modo, se parte de las hipótesis ya conocidas, se comparan los restos de aquellos años para ver si realmente los datos conseguidos entonces son los buenos, o hay que cambiar dataciones y teorías. “Disponemos de mayor experiencia, tenemos nueva tecnología y ahora el trabajo consiste en ver lo que tenemos y reconfirmar o no lo mismo”.

De hecho, parte del trabajo empleado en las últimas semanas se ha basado precisamente en la comprobación de los datos hallados hace 20 años. Según explica Ortega, “se han utilizado PDA’s para analizar cada una de las cavidades aunque todavía no hemos hecho más que empezar. Lo que si que es cierto es que la agilidad del trabajo es máxima. Ahora tú buscas y almacenas directamente, llegas al laboratorio y no te dedicas a apuntar lo que ya tienes, sino a investigar.

El trabajo manual se combina con las nuevas tecnologías en Atapuerca. (Foto: Ricardo Ordóñez)

 

Excavaciones en 3D

Uno de los últimos descubrimientos de la presente campaña tuvo lugar en la Cueva del Mirador, donde el equipo de arqueólogos que trabaja en los yacimientos de la Sierra de halló los restos de ocho individuos con una antigüedad de 4.500 años. Los restos fueron encontrados en la zona central de una cavidad que comenzó a explorarse hace ahora dos años y que en las últimas semanas ha sacado a la luz material óseo de una veintena de individuos, gracias a la aplicación de una técnica pionera que utiliza un escáner en 3D para poder apreciar la importancia de los restos óseos, según explicó el responsable del yacimiento, José María Vergés.

La tecnología se alía de nuevo con el estudio de la evolución humana, de modo que a medida que se realiza la excavación se produce un escaneo simultáneo por capas de los huesos para posterior estudio en el laboratorio. “De este modo se utilizan los datos obtenidos en el escáner para colocar a los huesos en la posición original en la que aparecieron. Se genera una importante base de datos que permite acceder a todos los restos en su posición exacta y en 3D”.

La aplicación de esta novedosa técnica ha permitido a los especialistas que trabajan en El Mirador conocer cómo se fueron moviendo los individuos, qué huesos fueron desplazados y relacionar si algunas de las ofrendas que han aparecido junto a los cadáveres estaban asociados, o no a un individuo. Por otro lado, la utilización de estos archivos permite que los integrantes del equipo puedan trabajar con colegas que no están en Atapuerca para cotejar los datos e intercambiar impresiones antes de llegar a una conclusión final.

“Ahora trabajamos con colegas que están en las antípodas, les mandamos el archivo 3D y ellos también pueden estudiar los restos óseos allá donde estén. El potencial es enorme”, aseveró Vergés.

Pioneros en el mundo

En un contexto de recortes en el que el mundo de la ciencia teme por su evolución, Atapuerca presume desde junio de utilizar un sistema único en el mundo. Se trata de un sistema que ayuda a la toma de coordenada y a la documentación exacta del yacimiento en el momento en el que aparece un fósil. El denominado ‘ARCH-e system’ es un sistema integral con una estación robótica que permite, entre otras cosas, posicionar un objeto en relación al lugar donde se ha encontrado (coordenadas) de forma automática, de modo que aumenta la precisión que no puede dar una simple hoja de papel y no necesita cableado de ningún tipo para funcionar.

Atapuerca se instala en una nueva era. La revolución tecnológica se alía con unos yacimientos idílicos que no dejan de proporcionar resultados. El avance de la ciencia se instala en un espacio en el que surgieron las primeras prácticas humanas y se asentaron los primeros pobladores europeos. Quienes llegaron hace años a este espacio y han visto la evolución de los trabajos coinciden en destacar que el cambio en el modo de trabajo ha sido “espectacular”. “Hemos pasado del papel a las PDA’s y ahora es todo más fácil”, reconocen los miembros de un equipo que es consciente de que “la base del trabajo es la insistencia” y la “suerte o no suerte” que se tenga en unas campañas y en otras.

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