Opinión
OPINIÓN POR LUIS ARTIGUE
Antonio Pereira, el abuelo del mundo
A veces es muy triste no ser Antonio Pereira, no escribir sin demasiadas obsesiones internas
11/03/2015
  Preparar para imprimir  Enviar por correo
LA NOTICIA ILUMINADA DEL DIA
...mientras afuera se acaba la épica griega, y en León se viene abajo la Editorial Everest y el Premio González de Lama, y en Vietnam no saben ni reírse de lo que nosotros llamamos crisis, y todo da lo mismo porque no pasa nada y, si pasa, se le saluda...

Sí, ser Antonio Pereira con barba de felino y gafas que ven solas, con elocuencia amable y pocas obstinaciones, y que les cueste trabajo adivinar si eres un niño muy viejo o un viejo muy niño, y no jurar el vino en vano, ni la amistad, ni el algebraico rito de celebrase, y poner a las niñas nombres tales como Mencía, y, porque te ríes del mundo repleto de escalones, que nadie adivine en verdad si tú vives del cuento o es el cuento el que vive de ti.

Me refiero a que tu amada Úrsula acaba de escribirme para avisarme de que hoy, como subrayando tu grandeza y mi tristeza, las fuerzas vivas ponen al fin una placa en vuestra casa leonesa. Y me ha recordado lo juntos que estuvimos ella y yo en esa casa justo aquella mañana en la que tú te sumergiste en el río del sueño eterno. Y me ha dado por recordar con emoción vidriosa de nuevo un poema tuyo sobre un soldado caído al río que se salva agarrado a su guitarra…

La nostalgia es un sentimiento en retroceso que no sirve para nada, ya se sabe, pero hay días en que peco: días en los que, ya que me sé apostado en un estado vital que no me intimida llamar felicidad, ejerzo el deber culpable de reconocer que a veces es muy triste no ser Antonio Pereira, no poder decir a tiempo lo que quedó por decir, pues le debo a Pereira todo lo que nuca sabrá del todo que me dio. Y asisto a por eso a iluminadores homenajes como éste de hoy. Y le hablo a mi hija Lorca, que aún no sabe hablar pero desde luego sí escuchar (me está dando clases de eso, que falta me hace), sobre aquel fabulante abuelo del mundo con el cual yo hablaba de ella antes de que ella hubiera nacido o yo fuera del todo yo…

Antonio Pereira: ¡a veces se te echa mucho de menos, viejo!

Luis Artigue
www.luisartigue.es
 

Más artículos del autor:
    Dalí
    La distopía
    Igual
    Tar(jetas)
    Hilo de oro
    Chocar 
    ERE
  Preparar para imprimir  Enviar por correo